QUITO, Ecuador (AFP-NA). Tras el firme respaldo de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el Gobierno de Ecuador busca abrir una negociación con Gran Bretaña y Suecia para una solución al conflicto generado por el asilo diplomático otorgado a Julian Assange, afirmó el presidente Rafael Correa.“Hemos estado siempre abiertos al diálogo con los gobiernos de Gran Bretaña y Suecia”, dijo el presidente Rafael Correa en una entrevista con la televisora pública ECTV. El presidente sostuvo que aunque “siempre hemos estado abiertos al diálogo”, una posición “intransigente” de parte de Londres y de Suecia desencadenó la crisis, puesto que “jamás” dieron garantía de que Assange no sería extraditado a Estados Unidos.Ecuador exige a Gran Bretaña que respete el asilo diplomático concedido a Assange, fundador de WikiLeaks, quien se encuentra refugiado en su embajada en Londres, y que afirme explícitamente que no va a ingresar por la fuerza a la legación para arrestarle, luego de supuestas amenazas denunciadas por Quito. La cancillería británica envió una nota a Ecuador en la que esgrimía la posibilidad de aplicar una ley local para entrar en la embajada, según denunció Quito. El mensaje fue considerado como una amenaza inaceptable por el gobierno ecuatoriano. El canciller Ricardo Patiño había declarado que su gobierno prefiere “continuar con un trabajo de diálogo con Gran Bretaña. Recurrir a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya es el camino que nos quedaría después”.Resolver la situación de Assange, de nacionalidad australiana, con un planteo en la Corte Internacional puede llevar “algunos años al menos para que este organismo pueda tomar una decisión”, dijo Patiño al canal de televisión ecuatoriana Gama. “Nosotros preferimos que el tema se resuelva antes de que pasen algunos años”, explicó. Por ese motivo la posición ecuatoriana será “conversar con el Reino Unido” en busca de un acuerdo, pero “esperamos por supuesto que previamente nos digan oficialmente que esa amenaza no está vigente, porque actualmente está vigente”, manifestó el canciller al referirse a la posibilidad de un ingreso de la policía británica a su embajada.El presidente venezolano, Hugo Chávez, declaró el lunes que “traería muy contundentes respuestas si el Reino Unido se atreve a violar la soberanía ecuatoriana en la embajada de Ecuador”. “Le sugiero al gobierno (británico) que piensen muy bien, porque se acabaron los tiempos aquellos en los cuales esos viejos imperios y los nuevos hacían con nosotros lo que les daba la gana. Ecuador no está solo”, añadió en declaraciones emitidas por la televisión estatal venezolana VTV.Correa destacó a su vez los firmes pronunciamientos de apoyo que organizaciones regionales como ALBA y Unasur dieron a Quito en rechazo a una eventual irrupción por la fuerza en su legación en Londres. “Impresionante solidaridad de pueblos latinoamericanos. La Patria Grande sigue consolidándose. El sueño de Bolívar, Martí, Alfaro se realiza!”, dijo Correa el lunes por Twitter.El domingo los cancilleres de la Unasur reafirmaron en Guayaquil “su solidaridad” con Ecuador, un día después del respaldo otorgado por la ALBA, acrecentando un poco más la presión a las autoridades británicas.“La unidad que muestran los países latinoamericanos en este caso tiene hoy una influencia mucho mayor que una década atrás. Estados Unidos y Gran Bretaña van a tener en cuenta esto para pensar en una posible salida”, dijo a la AFP Patricia de la Torre, una experta del observatorio político de la Universidad Católica de Ecuador. “No hay que descartar que (el abogado defensor de Assange, el ex juez español Baltasar) Garzón pueda negociar una fórmula de compromiso entre todas las partes para que se otorgue el salvoconducto”, consideró De la Torre.“No cabe duda que para Gran Bretaña sus relaciones con Suecia y Estados Unidos son más importantes que sus relaciones con Ecuador”, dijo en Londres a la agencia AFP el uruguayo Francisco Panizza, profesor de la London School of Economics. El próximo paso en la batalla diplomática será la reunión del viernes en Washington de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que debe pronunciarse sobre el caso.





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