POSADAS. En la desembocadura del arroyo Apepú, en Nemesio Parma, se encuentra uno de los últimos bastiones (en zona urbana) de pastizales. Se trata de un bioma característico del sur provincial, de extrema importancia en el mundo, pero que en la Capital de la tierra roja se valora poco o nada…El lugar, que se encuentra a menos de veinte minutos del microcentro, en proximidad de las instalaciones del nuevo puerto, se ha convertido, tras los significativos cambios de la ribera posadeña, en el último gran refugio de alrededor de 115 especies de aves (algunas de ellas en peligro de extinguirse a nivel mundial) y de los más diversos ejemplares de la fauna acuática de la región. “En toda la zona de ribera entre El Zaimán y Mártires se albergaba la gran fauna y la flora acuática posadeña, que fue desapareciendo gradualmente con la crecida del embalse de Yacyretá. Ahora, si bien el agua entró bastante, esta zona del arroyo Apepú se ha transformado -casi por azar- en el único lugar de ambiente acuático apto para que la naturaleza comience un nuevo ciclo de vida en un ambiente más o menos parecido a los que quedaron sepultados por el agua o por el relleno sanitario. Por eso es muy importante proteger el lugar de la depredación, convirtiéndolo en reserva provincial”, explicó el naturalista Amado Martínez a PRIMERA EDICIÓN durante una recorrida por el lugar, donde el paisaje es agreste y a simple vista resulta muy difícil dimensionar, por un lado la importancia biológica del lugar, y por el otro su importancia turística, ya que según sus palabras “es un recurso natural que si se conserva, también puede ser explotado”.“Si es que hay una buena intención de querer proteger esta zona, es posible. Lamentablemente al no ser un área conservada se encuentra a merced de los cazadores, por eso tenemos la ilusión y la esperanza de que se proteja la zona y la resguarden con leyes declarándola reserva provincial”, sostuvo del profesor de Biología, Roberto Genesini, uno de los creadores del premiado blog Aves del NEA, quien se encuentra relevando el lugar para fundamentar la importancia de su conservación. De riqueza incalculablePara ambos, es incalculable la riqueza estimada en biodiversidad que ha perdido la ciudad. Ya sea como víctimas de cazadores o porque llegaron a algún patio y la gente los “adopta” como mascotas, pero después no pueden con ellos y los largan a la deriva. Así han muerto miles de animalitos que antes de las obras de la represa de Yacyretá tenían su hábitat en la gran extensión ribereña que se encontraba entre los arroyos El Zaimán y Mártires.“Todo hábitat que es modificado por una represa, la ciencia lo da “por perdido”, entonces para estos naturalistas es muy poco lo que se puede hacer, sin embargo aunque sea poco “es muy necesario”. “Nosotros intentamos hacer un aporte en este sentido y pudimos relocalizar a muchos animales en este último reducto natural de que está quedando en Posadas, para que se desarrollen dentro de un ambiente que sea apto para ellos”, describió Martínez.“Posadas, ni Misiones se pueden dar el lujo de quedarse sin este hábitat, sin embargo todavía no contamos con una reserva protegida para colocar los ejemplares que abandonan su hábitat natural expulsados por las crecidas del río y la desaparición de sus ambientes”, se explayó.De acuerdo a su descripción, “Misiones se caracteriza más por su selva y las especies que la habitan, que pertenecen más bien a la selva amazónica. El sur de Misiones es más bien habitado por el venado de las Pampas, el ciervo de los pantanos, los lobitos de río y el yacaré -que en esta provincia hay, pero en muy poca cantidad. Después de que se hizo el tratamiento costero modificó totalmente el entorno, lo que quedó es esto, como un último refugio natural, en la amplia zona de la desembocadura del arroyo Apepú”, insistió. Si bien es cierto que, pese a no estar protegida, tampoco existe constancia de que en la zona se esté produciendo una depredación; sin embargo en una recorrida más minuciosa es posible hallar vestigios de campamentos de pescadores, quienes encienden fogatas o abandonan sus redes y cañas de pescar…Algo que ha llamado la atención y que ha puesto en alerta a estos conservacionistas ha sido que las especies de falsas nutrias que fueron liberadas por ellos en el lugar hace un par de meses “no las pudimos volver a ver. Esto indirectamente nos habla de que hay una depredación. Uno ve los restos de basura y de la gente que viene a pescar, algo que irremediablemente lleva de la mano a la caza. No lo podemos asegurar, pero hay vestigios y acá hay una cuestión cultural que no podemos negar”, sostuvo Genesini consultado al respecto.En peligro de extinguirse mundialmenteAsimismo, de acuerdo al trabajo de relevamiento que realiza el equipo de Aves del NEA, varias especies de aves que hoy anidan en la pequeña reserva del Apepú se encuentran en peligro de extinción mundial, como por ejemplo el tachurí coludo, el tachurí canela, cachilo canela. Además, estos pastizales también se convirtieron en hogar de otras especies que hasta hace algunos años eran de registro dudoso para Misiones y que ahora ya son residentes, como el federal y la lavandera, que son aves muy hermosas. “Nosotros hemos avistado parejas y especímenes juveniles, lo que nos habla por lo tanto de que están anidando aquí”, sostuvo Genesini, para quien, “al margen de estas aves, que tienen una importancia biológica suprema, por sus estatus ecológicos, están todas las otras que si bien para el común de los posadeños pareciera que no es tan importante, realmente lo son y de ahí la urgencia de conservar de estos pastizales. Quizá por las características del terreno, las aves descriptas son poco visibles, porque los pastizales permiten que están camufladas con el medio, ya que muchas de estas aves son miméticas (se confunden con el terreno) y no es fácil observarlas.“Nosotros podemos dar datos concretos de aves, ya que nuestro equipo está trabajando en la zona para realizar un relevamiento de la cantidad de especies y ya llevamos relevadas unas 115 especies de aves solamente acá, aunque no parezca, porque no son tan fáciles de observar a simple vista”, aseguró. De acuerdo a sus términos, “Si estamos vendiendo la provincia por sus atractivos turísticos, el tema “aves” (o turismo ornitorrinco) es un atractivo más, que a nivel mundial es algo muy importante, ya que es un nicho dentro del turismo ecológico y aquí hay
mucho potencial que no se está explotando”. En proyectoAmigos en la profesión y en la conservación de la naturaleza, Amado Martínez y Roberto Genesini se encuentran elaborando un proyecto para lograr la protección del lugar.“Es necesario relevarlo bien, porque no se trata de un capricho de dos fanáticos, que no lo somos ni queremos serlo. Aquí hay una importancia real -que tiene distintos ribetes, no sólo biológicos, que de pronto es lo más importante- también está esto de que si nuestra provincia se quiere afianzar como provincia turística, tiene que explotar varios nichos y este es uno de esos nichos”, se explayó Genesini para quien actualmente en el mundo la mirada se está volcando a proteger este tipo de biomas: el pastizal. “Este es un paradigma que tenemos que incluir, ya que siempre se habla de proteger la selva misionera; sin embargo en la Zona Sur tenemos pastizales. En el mundo el pastizal es el segundo bioma en importancia por la biodiversidad que alberga”.





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