POSADAS. “Yo sé por qué he comprometido mi vida al servicio de los pobres, los marginados, de los desgraciados, por qué todavía ahora sigo luchando para cambiar un poquito el mundo”, de esta manera respondió a una de las tantas preguntas que le hicieron las personas que presenciaron la magistral conferencia de Ezequiel Ander Egg, una eminencia en la materia “ayuda”.El filósofo, investigador y doctor en Ciencias Políticas y Económicas se encuentra de visita en nuestra provincia y ayer, en el aula magna de la Campus de Ciencias Económicas de esta ciudad, presentó una conferencia sobre “Aprender a pensar la era planetaria”. Sin embargo, un poco antes de su ingreso al aula mantuvo una entrevista exclusiva con PRIMERA EDICIÓN en la que repasó distintos detalles de su vida, que incluyó a sus hijos, sus estudios, sus visión de la actual sociedad argentina y, por supuesto, no dejó de mencionar cómo fue “su fusilamiento a manos de la Triple A”. La conversación con Ander Egg recorrió varios caminos de su vida en particular, pero comenzó contando cuál es el fin que lo depositó en Misiones. “Vine a Misiones para hacer una serie de actividades, en principio me invitaron a participar de unas jornadas de animación social y después se atraviesa en mi vida una gran mujer que se llama Sandra y me dice vamos a hacer algo en ciencias y tecnología, luego conversó con la gente de trabajo social y por último de Antropología. Y como yo estoy con dos hijas indígenas adoptivas, tengo una gran preferencia por éste mundo, el otro día me dijeron que soy el único jefe indio de ojos celestes. Yo he vivido con indígenas, he sido consagrado anciano, primero viví con los mayas y luego con los incas, además mis hijas indígenas me dan otra perspectiva”, indicó el investigador, ya ingresando en su vida, que como bien está escrito más arriba fue sufrida y dolorosa. “Tengo hijas adoptivas, porque mi única hija murió y tengo todos hijos varones. No tengo porqué explicarles a todos que cuando uno pierde un hijo se trastoca un poco, entonces por ese lado lo compenso un poco”, manifestó el investigador y al respecto agregó: “Como no tengo un lugar fijo para vivir, cuando encuentro una persona que tenga un gran sentido de servicio pero que no pueda estudiar, le pago los estudios, a los mejores los llevó a Europa a capacitarse. Hace poco, cuando se reunieron todos los presidentes de América del Sur, lloré de la emoción, porque de todas las jóvenes de América Latina eligieron a mi hija guaraní como representante, que hacía dos días había cumplido 22 años”.Ander Egg explicó a este diario que tiene sus motivaciones personales para seguir buscando un cambio de sociedad, una donde no haya tantas diferencias de riquezas entre los que más tienen y los que cuentan con menos recursos monetarios. “Tengo muchos sentimientos, hace unos días hablé en Córdoba y dije que es tremendo el sufrimiento de los niños, tengo un desgarramiento total de sufrimiento, me preocupa mucho la falta de inclusión social de los más pequeños. Y otras de las cosas que me afecta en esta etapa de mi vida es el turismo sexual, que en este momento y después del narcotráfico, el tráfico de armas lo que da más ingreso es el turismo sexual, tengo un libro donde cuento información de cámaras ocultas”, aseveró Ander Egg. Y contó una anécdota: “Hace unos años 52 premios Nobel dijeron que la mayor barbarie de la humanidad es que cada año mueran como factor directo o concurrente 30 millones de personas, unos 35 mil niños cada día, entonces escribí el libro “El holocausto del hambre” y en una parte del libro usé una comparación: si todos los hambrientos del mundo abriesen los brazos así (lo extiende a lo ancho de su cuerpo) daría más de dos vueltas el Ecuador. Un famoso escritor dijo si yo lo sé y no me inquieto, ni hago algo, Caín soy yo”, afirmó. Aprender a pensarAnder Egg se describió como un ser neurótico del trabajo, “siempre me pregunto porqué hay tantos métodos de sociología y tan pocos dan sus frutos”, dijo. En la conferencia con los estudiantes, docentes y público en general respondió diversas preguntas sobre su vida. Contó que una vez le preguntaron porqué libro te van a recordar y les dije: “Por ningún libro ni investigación, sino por el experimento que hago en mi cuerpo hace más de cincuenta años”. “Hay cosas o problemas que el mundo no puede cambiar, por más que se lo proponga, como por ejemplo la afectación de la capa de ozono, el efecto invernadero, las modificaciones climáticas y la gran diferencia que existe entre los que más tienen y el resto”, comentó Ander Egg, quien además manifestó: “Hay que aprender a pensar, a estudiar la asignatura cero”.Con respecto a esto último, el especialista dijo que “hay que aprender a estudiar y antes de esto hay que comprender los textos, porque existen muchos textos y poco contexto de la realidad. No se puede estudiar más de dos horas seguidas, porque hay que despejar la mente”. “Hay cosas que me molestan, por ejemplo, el 84% de las investigaciones se da solamente en ocho países. Y el 50% de lo que se gasta es para investigar para mejorar las armas y eso me parece una locura”, enfatizó Ander Egg.





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