POSADAS. La historia de Rosa es muy triste, porque sufrió y padeció los actos de violencia psicológica y física de su ex pareja Luis Alberto, que conjuntamente con su familia la humillaban y le propinaban los insultos más crueles en su casa y en las fiestas familiares. Ella estuvo catorce años casada con un hombre que simulaba ser una persona normal durante sus actividades laborales, en el barrio y con sus amigos, pero cuando llegaba a su casa se transformaba en un monstruo, porque todas las frustraciones e insultos que recibía en su empleo las canalizaba insultado a su pareja y a sus hijos.Sin embargo, con su voluntad y la ayuda de la Dirección de Violencia Familiar y de Género (Línea 102), pudo salir adelante. Hoy en día, sueña con crear su propia tapicería y muy lejos quedó esa noche cuando no accedió a un pedido de su hombre y éste empezó a propinarle golpes en los ojos, en la boca y en la nariz.Actualmente Rosa se encuentra trabajando en geriátricos y sanatorio, donde cuida a enfermos para poder solventar los costos que equivale a la crianza de una chica de catorce años y un varón de once, por ellos tiene el sueño de poder armar su propia empresa. “Lo único que espero es que mis hijos estudien y sean alguien, porque yo no sé hasta cuando voy a trabajar”, dijo y añadió: “quiero que mis hijos se preparen y estudien, debido a que ésta es mi vida, y lo que quiero es tener una tapicería propia y poder solventarme económicamente”.Rosa aprendió a coser cortinas mediante la enseñanza que recibió en la Dirección, allí concurre dos días a la semana, y de a poco va aprendiendo todos los conocimientos y técnicas de la costura para poder soñar y tener su propia empresa.El sueño de Rosa no parece imposible, ya que ella va a realizar todo lo necesario para salvaguardar a su familia, y el trabajo que realiza en la institución le servirá para aprender los secretos de forrar muebles mediante la costura y armar así su propia tapicería.





Discussion about this post