CERRO CORÁ. Aceleró a fondo sin medir las consecuencias. Por eso, cuando puso fin a la alocada carrera nadie imaginaba que él, como ellos, también era policía. Se trata de un agente de la fuerza que fue detenido después de protagonizar desmanes y, en la fuga, intentar atropellar a sus propios colegas.La increíble historia sucedió en la tarde del domingo, cerca de Cerro Azul, y terminó en la zona urbana de Cerro Corá, hasta donde el agente llegó para tratar que sus acompañantes, empleados municipales de esa localidad, encuentren una guarida para esconderse.Todo terminó con la detención de los tres individuos que, según fuentes, se encontraban bajo los efectos del alcohol. El policía, incluso, tenía en su automóvil el arma reglamentaria.Un trío peligrosoFuentes cercanas al caso informaron que el hecho comenzó a gestarse alrededor de las 18.30 del último domingo en el predio de la iglesia San Cayetano de Colonia Arroyo Tomás, a unos pocos kilómetros de Cerro Azul.Al parecer, en ese lugar se llevaba a cabo un festival que congregaba a los vecinos de toda la zona y que transcurría en paz, al menos hasta que el policía y sus amigos iniciaron una serie de desmanes.Superados por la violencia del trío de irascibles, efectivos policiales que brindaban seguridad en el festival debieron solicitar apoyo a las dependencias policiales cercanas ante los destrozos que causaban los tres sujetos.En cuestión de minutos, una patrulla arribó a la escena. Lejos de calmarse, el policía y sus acompañantes se subieron al Renault Megane II del efectivo, en el que emprendieron una veloz y peligrosa huida por la ruta nacional 14. Antes, colisionaron otro automóvil y una motocicleta que se encontraban estacionados cerca del predio religioso.Ya sobre la arteria nacional, el Megane conducido por el agente evadió varios controles policiales e incluso trató de atropellar a sus propios colegas, afortunadamente sin éxito.Perseguido por varios móviles policiales, el efectivo y sus compañeros tomaron la ruta provincial 3 y transitaron varios kilómetros hasta llegar a la zona urbana de Cerro Corá, donde finalmente fue interceptado el Megane.Allí, con sorpresa, los uniformados que participaban del operativo descubrieron que quien escaba de ellos no era más que un colega, agente de 29 años, con prestación de servicios en la comisaría Decimocuarta de Posadas.Increíblemente, el policía ni siquiera atinó a entregarse y se resistió tenazmente a ser detenido, quizás debido a que se encontraba alcoholizado, agregaron fuentes que trabajaron en la escena.En el automóvil del agente y por orden de la Justicia, los policías secuestraron la pistola reglamentaria nueve milímetros con la que, quien sabe, pudo haber desatado una verdadera tragedia.En tanto, la Justicia también ordenó allanar una vivienda emplazada en Cerro Corá, donde los uniformados finalmente detuvieron a dos empleados de la comuna local, de 21 y 26 años, presuntos acompañantes del obstinado efectivo.Así las cosas, el efectivo en desacato y sus dos compañeros fueron alojados en la comisaría de la localidad, donde también quedó secuestrado el Renault Megane II.Desde el Departamento de Prensa de la Policía de Misiones, a cargo del subcomisario Claudio Marcelo Ludtke, se informó que el agente fue pasado a situación pasiva hasta que la Justicia finalmente determine los pormenores del episodio.





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