POSADAS. Antes asolaban la avenida Jauretche y Almirante Brown, arrojaban piedras o colocaban clavos “miguelitos” para pinchar las cubiertas y lograr que los conductores bajen de los autos para robarles tranquilamente. Durante mucho tiempo una banda de delincuentes usó ambas modalidades para sus robos express y estigmatizó al “temido” barrio Pan por años.Actualmente, después de casi dos años de no haber denuncias, desde hace un par de semanas particulares volvieron a relatar asaltos con la misma modalidad pero con un detalle cambiado: las calles “elegidas”. Resulta que los ladrones están poniendo en práctica la vieja trampa pero en las avenidas 115 y Brown para hacer caer a los incautos que bajan de los auto para ver qué pasa, los ladrones salen del escondite que hayan podido improvisar (en esa zona hay un enorme predio vacío donde no se hace mantenimiento de la maleza), los sorprenden a mano armada y los obligan a entregar dinero y demás objetos de valor.Nada nuevoEsta nueva variante empezó a denunciarse en las redes sociales para prevenir sobre la situación, ya que en general no se hacen las denuncias a la Policía como corresponde, aludiendo a que si lo hacen la banda ataca las patrullas a pedradas para escapar y difícilmente hay detenidos por los hechos. Los vecinos consultados concordaron en que, si bien la práctica de robar con esa táctica no es nueva, “las formas se han modificado a medida que la gente se va alertando entre sí y deja de caer en la trampa. Nosotros tratamos de advertir sobre todo a los chicos jóvenes sobre estas técnicas porque muchos son conductores principiantes y el blanco favorito de los delincuentes”, relató con preocupación la vecina Marta Rodríguez, quien refirió “el suplicio de vivir con el corazón en la boca, con miedo e impotencia, porque cada vez la cosa se pone peor”, contó. “Mi hijo se bajó del coche para ver qué pasaba porque recibió un impacto tremendo en la parte trasera del auto de su hermano, que se lo había prestado, y aunque tomó la precaución de esperar y mirar por todos lados, alertado por lo que le había pasado a otros conocidos, bajó porque no vio a nadie y aunque quiso meterse adentro del auto cuando lo sorprendieron muchachos que se le aparecieron desde la esquina con un revólver le sacaron plata y las zapatillas”, contó un matrimonio que residía en el barrio y que por la inseguridad terminó mudándose”.





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