Por momentos el tan mentado “Relato” del Gobierno nacional entra en terrenos resbaladizos. No alcanza con decir que el mundo “se nos ha venido encima” para explicar la desaceleración de la economía, el elevado índice de inflación y la destrucción de puestos de trabajo, sobre todo en el sector de la construcción. Tampoco con cuestionar a los economistas críticos o a los medios no adictos (enemigos a los que les achaca todos los males) diciendo que forman parte de una cadena nacional del pesimismo y la desesperanza. Por más creativo que pueda ser el recurso dialéctico, el escenario que presenta la cruda realidad es diferente. Y la administración cristinista lo sabe, por eso ha virado el timón económico para buscar caminos de salida. La búsqueda llevó a cambiar intérpretes. Así, Axel Kicillof, la última estrella del firmamento oficialista, relegó al otrora rutilante Guillermo Moreno, el todoterreno secretario de Comercio Interior que tenía carta blanca para llamar e increpar a empresarios, para ir con guantes de box a las asambleas de Papel Prensa y para aplicarle un torniquete a la compra de dólares. El mentor de la intervención del Indec quedó en un segundo plano luego del promocionado reto que le habría dado la Presidenta por lo ineficaz de sus medidas. Pero, vale la pena aclararlo, quien hoy es freezado en el círculo reducido de confianza presidencial puede volver de la noche a la mañana con poder renovado. Sucedió con Florencio Randazzo, al que luego de descongelarlo le tiraron la brasa caliente de los subsidios del transporte, una madeja que por momentos da la sensación de que van a desentrañar y otros que no hay ni la más mínima intención de hacerlo. O con el inoxidable Julio De Vido, al que suelen darle la extrema unción política de seguido y reaparece, como esta semana para anunciar que podarían subsidios a las provincias que apliquen subas en las tarifas eléctricas. Oh casualidad, la provincia de Buenos Aires, con Daniel Scioli a la cabeza, había anunciado poco antes un incremento el precio de la luz.Kicillof, por si quedaran dudas de su actual posición de privilegio, esta semana sumó dos nuevas funciones a las múltiples que ya tenía (rostro del Gobierno en YPF, director por el Estado en empresas clave y viceministro de Economía): será el encargado de fijar la postura entre los representantes gubernamentales en las distintas compañías privadas, sillones heredados tras la estatización del sistema de jubilaciones; y también definirá los precios de los combustibles y las ganancias que podrán obtener las petroleras. Hay que recordar que la actual estrella económica del gabinete es el mismo funcionario que dijo que usar los fondos de la Anses solo para los jubilados es “privatista, noventista y reaccionario”. No son pocos los que creen que es un fanático nacional y popular que solo difiere con Moreno en las formas. El tiempo lo dirá.El encumbramiento de Kicillof no fue lo único que tuvo ocupada a la Presidenta en la semana. También anunció la impresión de billetes de 100 pesos con el rostro de Evita y dio el OK para que Moreno autorizara subas de distintos productos en montos que van del 3 al 9%. Los porcentajes resultan irrisorios si se tiene en cuenta que hace tiempo se vienen aplicando subas mayores a las autorizadas por el Gobierno y ningún comerciante tuvo el pudor de remarcar su mercadería.Sucede en Posadas, por ejemplo, donde los almaceneros y comerciantes admiten que “retocaron” sus precios en julio y que algunos productos sufrieron un incremento del 100%, como la papa.El justiprecioAdemás de los precios en las góndolas, hay otros episodios que concitaron la atención en Misiones. Esta semana se informó de un aserradero en Wanda que cerró sus puertas y despidió a sus más de 60 empleados. Antes había sucedido algo similar con el frigorífico El Zaimán, de la capital provincial, donde medio centenar de trabajadores quedaron en la calle. Si bien las circunstancias son diferentes, hay punto de contacto entre ambos casos: la pérdida de puestos de empleo y el desamparo en el que quedan las familias afectadas.También puede sumarse la tibia, aunque incipiente, reacción de los intendentes ante el revalúo inmobiliario encarado en forma conjunta por la Dirección General de Rentas y Catastro. Montecarlo, Santo Pipó, Corpus, Alem, El Soberbio, Candelaria, Gobernador Roca, Ruiz de Montoya y Capioví fueron las comunas que levantaron la voz ante lo que consideran un reajuste demasiado inflado.El propio Miguel “Pimpi” Thomas salió a replicar a los alcaldes. En una encendida defensa del revalúo, habló de que se hizo un “justiprecio”, aunque reconoció que en algunas localidades hubo errores en el software de cálculo. Habló de “errores de tipeo” en “dos mil y pico de partidas” de las 368 mil que se emitieron.Lejos de llevar calma, las aclaraciones de Thomas motivaron a que algunos intendentes llevaran la queja más arriba. Ahora esperan respuestas.Otro organismo que busca levantar la recaudación es el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional. Con sigilo y anunciando la mala noticia con una esquelita, hizo saber a los adjudicatarios que con las boletas de septiembre habrá un leve aumento. “Que no será superior a los incrementos de sueldo”, se aclaró, como si eso sirviese para aplacar la mala onda generada. Desde el Instituto precisaron que el aumento mayor será de 14%.Se sospecha que no será el último aumento del año.Mejor a defenderse soloY si de tarifazos se trata será mejor que el posadeño no se haga muchas ilusiones de que el Defensor del Pueblo va a cuidar con empeño sus intereses, a juzgar por cómo viene manejando la situación con los boletazos que aplica el monopolio que maneja el sistema de transporte metropolitano.Esta semana el Gobierno nacional difundió cuánto destina a las empresas de colectivos en materia de subsidios. Entre marzo y junio, las firmas que integran el Grupo Z recibieron casi 34 millones de pesos, monto con el que habrían cubierto todos los gastos de combustibles y sueldos. En el mismo período, el monopolio también fue beneficiado con subsidios municipales y provinciales. Pero como la voracidad Z no fue saciada, hasta consiguieron que la tarifa que paga el usuario se incrementara (hoy el boleto único asciende a 2,50 pesos). Fue luego de que dijeran que sin los subsidios, el pasaje debía costar aproximadamente 8 pesos. “Entendemos que tener una empresa con determinada cantidad de móviles, de personal y toda la infraestructura que necesita tiene sus costos. Pero no sabemos cuál es ese costo, por eso no es un parámetro para decir si esos millones son muchos o son pocos”, dec
laró Vairo a la prensa, luego de admitir que él ya conocía los montos ahora difundidos por la administración nacional en su página web.Vairo compite con Hermes Almirón, el subsecretario de Transporte provincial, por quién defiende mejor al monopolio. ¿Y al Pueblo quien lo defiende? Con funcionarios así, será mejor que se defienda solo.¿Tendrá límite la voracidad del monopolio? Definitivamente no. Lo que sí tendría límite es la paciencia de encumbrados funcionarios provinciales que tratan con los comandantes del Grupo Z y estarían hartos de las presiones de éstos para conseguir más subsidios y boletazos. ¿Ruptura en puerta? Difícil, pero no imposible.




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