BUENOS AIRES (NA). Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender se cruzaron ayer en los tribunales federales de Comodoro Py, donde la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo ratificó la denuncia en su contra por amenazas, que serán investigadas ahora a través de diversas medidas de prueba.El cruce de miradas ocurrió en el tercer piso de los Tribunales de Comodoro Py, donde Bonafini y Sergio Schoklender se encontraron pero no se dijeron ni una palabra, pudo saber Noticias Argentinas.Bonafini fue recibida por el juez federal Ariel Lijo (quien reemplaza a la María Servini de Cubría), ante quien ratificó la denuncia por amenazas, y aportó el nombre de testigos que dijeron haber visto a Schoklender en cercanías de la Asociación, que serán citados a declarar. Asimismo, la titular de la entidad pidió ser aceptada como parte querellante en el caso.Por su parte, Schoklender concurrió por iniciativa propia para también aportar el nombre de personas que habrían estado con él en Pilar el día en que habrían tenido lugar las amenazas y en que él, según denuncia Bonafini, estuvo en un café en las cercanías de la entidad.Además, Schoklender aportó su celular a fin de que sea examinado sobre las llamadas entrantes y salientes, puesto que Bonafini acusó que recibe llamadas amenazantes y que en una oportunidad le expresaron: “Ya estoy en libertad, y no descansarán”.Tras la ratificación de la denuncia, el juez Lijo ordenó analizar los teléfonos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, adonde Bonafini denunció que también le llegaron amenazas. Este jueves, la titular de Madres de Plaza dijo que el autor de las amenazas en su contra es Schoklender: “Desde que el imputado obtuviera el beneficio de la excarcelación y recuperara su libertad, vengo recibiendo llamadas telefónicas en mi teléfono celular y/o en el teléfono de línea directa de mi oficina en la Asociación, donde se escuchan risas, zumbidos, extraños ruidos, y una voz poco audible”, indicó.Según dijo, los llamados fueron recibidos siempre luego de las 18, cuando de la Asociación se retira el personal y su costumbre de atender el teléfono “transcurrida esa hora, es conocida por los otrora allegados y obviamente por el imputado”.Tras la denuncia, el fiscal federal Carlos Stornelli dictaminó por impulsar una investigación y pidió que haga lugar al pedido de Bonafini de prohibirle a Schoklender acercarse a menos de 500 metros de la Fundación.En su denuncia, Bonafini dijo que ese obrar es de un “trastornado” y que “se direcciona hacia el aquí imputado” ya que -según señaló- Schoklender “ha sido visto deambulando frente al a sede de la Asociación, observando desafiante al interior”.En ese sentido, detalló que de acuerdo a testigos que ahora aportó, Schoklender estuvo el martes y miércoles pasados en un bar cercano a la Asociación, y con elevada voz preguntó a los presentes si sabían de algún departamento en alquiler por la zona.“La cercanía sin justificación del siniestro personaje despierta en las integrantes de la Asociación angustia, ansiedad, inseguridad y temor”, sostuvo la titular de Madres, que denunció que Schoklender tiende a provocar en libertad “desánimo, para diluir y de ser posible lograr el abandono de la persecución penal” que se ha iniciado en su contra.El ex apoderado está en libertad desde el pasado 6 de julio tras un fallo de la Sala I de la Cámara Federal que incluso le rebajó notablemente la fianza que le trabó en primera instancia el juez Norberto Oyarbide, y aún resta que éste resuelva su situación procesal.Schoklender está acusado como “jefe” de una asociación ilícita que desvió millones de pesos que recibió la Fundación Madres de Plaza de Mayo de parte del Estado nacional en el marco del programa “Sueños Compartidos” para la construcción de viviendas sociales.





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