OBERÁ. El histórico sanatorio privado local Sábato Esteban Romano cerrará sus puertas en los próximos días debido a un grave estado económico financiero en el que se encuentra, por lo cual entre, otras cuestiones, adeudan varios meses de sueldo a los empleados.La situación viene de arrastre y una decena de empleados se quedará sin su fuente de trabajo. Aunque no hubo ninguna confirmación oficial, fuentes vinculadas al directorio de la empresa admitieron el inminente cierre, debido a que la situación es “irreversible”, reconocieron.De hecho, en el sector de Enfermería se colocó un cartel con la firma del doctor Basilio Cisak, uno de los socios del sanatorio, donde informa que a partir del 28 de julio quedan suspendidas las internaciones y cirugías. Asimismo, el médico Alfonso Sak anunció que desde el 30 de este mes atenderá en su nuevo consultorio, por avenida Misiones. Todos estos datos confirman el cierre del sanatorio, que es un ícono de Oberá, con casi cincuenta años de existencia. Los empleados ya están prácticamente resignados a perder su fuente de trabajo y por lo menos pretenden cobrar los meses adeudados de sueldo, para lo cual ya dieron intervención al Ministerio de Trabajo.TestimoniosEn la actualidad el sanatorio tiene dos mucamas, una se desempeña a la mañana y otra por la tarde. Además de realizar la limpieza sin guantes ni lavandina u otro desinfectante deben encargarse de cocinar y servir la comida, afirman las trabajadoras. En uno de los casos le deben cuatro meses de sueldo y está obligada a pagar el Monotributo, de acuerdo a lo que pudo averiguar ayer PRIMERA EDICIÓN.Una de las mucamas confió que “tienen temor de contagiarse alguna enfermedad, por la precariedad laboral” en la que se encuentran actualmente como consecuencia de la situación que se vive en el centro asistencial privado.Los responsables del sanatorio habían prometido a los trabajadores mejorar las condiciones pero todo quedó en la nada, “así ya no me conviene trabajar”, afirmó la mucama en una muestra de resignación ante lo que ocurre en el lugar.Sueldos atrasados“No tenemos respuesta de nadie, estamos como barco sin timón, remando a la deriva. Ojalá que se solucione y que nos paguen lo que nos deben, porque de indemnización seguramente ni hablar”, afirmó Antonia, una enfermera de quince años de antigüedad en el lugar.A la vez, contó que “hace unos años que venimos en esta situación, pero con la esperanza de que se solucione. Hace un año tuvimos hasta 18 meses de atraso en los sueldos, nos fueron solucionando y se achicó a tres meses, pero luego se complicó otra vez”, expresó. Menos camas Con el cierre de esta clínica se reducirá aún más la cantidad de camas hospitalarias con que cuenta la provincia. Hace un año y según el Informe sobre Instituciones y Servicios Habilitados por el Colegio de Médicos Misiones, el sistema de salud provincial contaba con 3.010 camas de internación, de las cuales 1.528 correspondían al sector público y 1.482, al privado. Del total, 460 se encuentran en la Zona Centro provincial, aunque con el cierre de esta clínica este número se reducirá. Incertidumbre y deudasHasta “ahora sabemos que la semana que viene nos quedaremos sin trabajo. De acuerdo a lo manifestado desde administración, enviarán el telegrama como corresponde, pero todavía no recibimos nada”, señalaron.Los empleados tienen previsto reunirse y decidir los pasos a seguir una vez que se produzca el cierre del sanatorio.





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