La presidenta Cristina Kirchner se decidió a bajarle los decibeles a la pelea con el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, y dio instrucciones al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, para que le otorgue asistencia financiera a la provincia por 600 millones de pesos; además de autorizar la emisión de un bono con garantía de coparticipación por 900 millones.Algunos analistas interpretaron que en la decisión no influyó únicamente la necesidad imperiosa de resolver el cuello de botella financiero en el principal distrito electoral del país, sino también las encuestas que mostraron a Cristina la inutilidad de continuar con un retaceo de fondos que tuvo un efecto contrario al esperado. La que salía perdiendo en términos de imagen con la anticipada instalación de esta disputa de indisimulable raíz electoral -habrían revelado las mediciones- era la propia presidenta y no Scioli, a pesar de que fue éste último quien primero marcó la cancha, al sacar a relucir con una innecesaria premura sus ambiciones presidenciales para 2015 y de que la administración a su cargo aparece envuelta en llamas.Según los expertos en marketing político, la anticipada exteriorización de ambiciones electorales no conviene, por definición, a quienes tienen responsabilidad de gestión, circunstancia que no parece haber tomado en cuenta el kirchnerismo, que no esperó a terminar el primer semestre y ya se muestra en abierta conflagración interna con miras a los comicios de 2015.El avance de Scioli, completado por la ruptura altisonante de Hugo Moyano, trasuntan una aceleración de los tiempos que en principio sería más funcional a las necesidades de la oposición de recuperar protagonismo en el Congreso, que al oficialismo; algo que se confirmó cuando Moyano, en el acto en que oficializó su distanciamiento del Gobierno y la fractura de la CGT, lanzó la consigna de “repensar el voto en 2013”. Para la gran mayoría de los argentinos, las elecciones legislativas están lejos, y la realidad cotidiana provee de suficientes cosas en que pensar, como para anticiparse en más de un año a los comicios nacionales. Excesos paralelosLa presidenta, en tanto, con el uso intensivo de la cadena nacional, y especialmente la desprolija utilización de esa vía de comunicación oficial para escrachar a un contribuyente, dio lugar a que la oposición presente al Parlamento un proyecto de eliminación de la cadena nacional, notorio exceso que también hay que atribuir al futurismo electoral de la dirigencia. En este marco, se destacó en los últimos días la disolución de la Administración de Programas Especiales (APE), organismo que manejaba sumas millonarias de los reintegros que se giran a las obras sociales por intervenciones de alta complejidad, y al que el sindicalismo reclama una acreencia de nada menos que 12 mil millones de pesos. La medida, por la cual se reemplazó a numerosos funcionarios y la entidad pasó a depender de una dirigente ultra K, fue dispuesta mediante 3 decretos firmados por la presidenta, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; y el ministro de Salud, Juan Manzur; y se interpretó como una jugada a fondo del kirchnerismo en la pelea con Moyano. La economía, en tanto, vista sin la lente apasionada de las interpretaciones ideológicas, que se hacen a uno y otro lado del debate nacional, sigue mostrando síntomas de fatiga y desaceleración; vinculados tanto al decaimiento en el contexto global como a las insuficiencias del ciclo de crecimiento basado en el aliento al consumo interno y en un tipo de cambio exportador que ya no es el que era.Este contexto explica el estallido de las internas en el kirchnerismo, que puso en la agenda del día el debate sobre la “profundización del modelo” que impulsan los sectores más duros, con influencia en el entorno presidencial, y que no encuentra eco en el sciolismo. El apoyo público del gobernador de Córdoba, De La Sota, reforzó esta semana la sensación de que el enfrentamiento de Scioli con el gobierno no tiene retorno, y navega hacia las legislativas de 2013 y la recomposición del PJ nacional el mismo año. Sondeos salteños El impacto a nivel provincial de estos enfrentamientos se estaría reflejando, según versiones, en el enfriamiento de las relaciones del gobierno nacional con el gobernador Closs, hasta ayer un autodeclarado “cristinista”, pero que habría perdido las simpatías dentro de la cúpula nacional K. El mandatario habría estado sondeando políticamente estos días, durante su visita a Salta por actividades de promoción turística, a los gobernadores de Salta, Tucumán y Jujuy, tratando de sonsacarles una definición sobre la jugada política de Scioli. Fuentes nacionales aseguraron que desde la cúpula nacional K le confirmaron a la diputada nacional Julia Perié la condición de candidata del “kirchnerismo puro” en 2015 en Misiones, lo cual justifica la reciente afirmación de la legisladora a una radio eldoradense: “Yo voy a ser gobernadora en 2015”.Para que esto suceda, es de prever, faltará que se ordenen algunos otros planetas junto a la buena estrella de contar con la bendición presidencial, pero por el momento la candidatura de Perié es vista como la expresión misionera de los deseos de máxima del kirchnerismo: llegar al año electoral con un crédito tan alto de la ciudadanía que le permita ubicar a Cristina Kirchner como la gran electora.Por ahora, la sintonía o no con la política K nacional no es la divisora de aguas en la provincia, donde la alianza de gobierno mueve los hilos con posiciones “misioneristas” y una interna que no prioriza el alineamiento nacional, aunque este no sea un dato menor. Igualmente, los posicionamientos hacia 2015 están a la orden del día en el Frente Renovador, en base a movidas en el tablero interno y con preeminencia de algunos referentes particularmente inquietos del rovirismo, que aspiran a mantener movilizada a la tropa, a la espera de una definición del Jefe. En los corrillos políticos se comenta que hay permanentes reuniones políticas con intendentes, concejales y referentes de distintas áreas que organizan Pelito Escobar, Quincho Sánchez o Tito Alvarez; a los que desde el lado del clossismo contesta el arquitecto Blodek, pero sus convites no consiguen generar mayor entusiasmo, ya que los invitados perciben que la definición del poder renovador en 2015 está afuera de la Rosadita; por ello “hubo intendentes que participaron por compromiso, pero luego ellos mismos le bajaron el tono a su participación”, dijo una fuente de la interna renovadora. El próximo jueves en Jardín América se c
oncretaría una de estas reuniones en la que sus organizadores esperan dejar planteadas fuertes definiciones electorales, previendo que la fiebre de adelantamiento de la puja electoral terminará causando estragos también en la dirigencia misionera. Las expectativas de contagio no son tantas, sin embargo, como para que adquieran mayor entidad las movidas de determinados gremios que buscan replicar en la provincia la división de la CGT. Con el principal gremio docente y el otrora combativo Sindicato de Luz y Fuerza bajo control, al gobierno provincial no le quita el sueño contar oficialmente con el “sello” de la CGT, fragmentada en la provincia antes de la ruptura nacional.




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