AURORA, Estados Unidos (diarios digitales). La Policía y agentes del FBI trabajan a destajo para desactivar el complejo mecanismo que el joven detenido por la masacre de Aurora, cerca de Denver, instaló en su departamento, que convirtió al inmueble en una bomba de alto poder.James Holmes mató a doce personas e hirió a 59, entre ellas niños, en un cine.“En los últimos sesenta días, (el detenido) compró cuatro armas en una tienda local (…) y adquirió más de 6.000 rondas de municiones a través de Internet”, indicó la Policía. “Todos los días en la mañana andaba subiendo cajas y cajas y bolsas al carro. Eso sí se me hacía sospechoso, pero no pensábamos que fuera a hacer eso”, dijo a la AFP su vecino mexicano Gabriel Macías .Los expertos que trabajan en el departamento del detenido no descartaban al cierre de esta edición realizar una detonación controlada utilizando un robot.Ayer en horas del mediodía, los agentes lograron cortar el cable de detonación del primer artefacto en el departamento. La sargento de Aurora Cassidee Carlson dijo que había trampas explosivas diseñadas para matar a la persona que abriera la puerta.El responsable de la masacre buscaba provocar otra matanza casi simultánea, al plagar su casa de bombas, que podrían haber sido detonadas de forma involuntaria por cualquier vecino. Holmes prefirió hablar poco y nada. Lo único que reveló a los agentes fue lo que les dijo en el momento de su arresto, poco después de la matanza: que era el Guasón, un villano de la saga de Batman, y que su casa estaba plagada de explosivos.A medianoche del jueves, cuando Holmes se dirigía al cine Century XVI, donde se estrenaba El caballero oscuro: la leyenda renace, la última entrega de Batman, los altavoces de su apartamento comenzaron a emitir música a todo volumen. A diversos vecinos les molestó. Al menos dos de ellos contaron a la policía que llegaron a golpear en la puerta, para que bajara la música. Kaitlyn Fonzi, de veinte años, llegó a intentar abrirla. Vio que el cerrojo no estaba echado, y decidió no entrar. A la una de la madrugada dejó de sonar la música, programada de forma automática. Holmes ya estaba preso, después de haber matado a doce personas.





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