POSADAS. No hay cifras exactas, aunque se estima que en Villa Cabello hoy por hoy viven cerca de 80 mil personas. El conglomerado del oeste posadeño cuenta con una delegación municipal, un hospital, varias escuelas y hasta dependencias del Registro Provincial de las Personas y del IPS.Villa Cabello posee también una comisaría. Se trata de la seccional Séptima, que no cuenta con un móvil hace cuatro días. La situación, alejada de lo ideal, deja desprotegida a una de las jurisdicciones policiales más grandes de la capital, en la que también están incluidos Nemesio Parma y zonas de influencia.Fue un vecino que sufrió un accidente de tránsito hace pocos días quien, en diálogo con este diario, alertó sobre la insólita situación que se vive en la dependencia emplazada sobre la avenida Tambor de Tacuarí.Al parecer, luego del incidente el hombre llamó a la comisaría para dar intervención a las autoridades. Minutos después, la comisión policial arribó a la escena, pero a bordo del automóvil particular de uno de los uniformados. A través de diversas fuentes confidenciales, PRIMERA EDICIÓN confirmó la veracidad del hecho y, aún más, descubrió los detalles y la historia por la que en la Séptima no hay un patrullero.Unos 80 mil vecinos, ningún móvilA principios de año, en el publicitado reparto de móviles nuevos, una Chevrolet S-10 fue a parar a la dependencia del oeste posadeño. Resulta lamentable, pero no increíble: un buen número de comisarías misioneras cuentan con un solo móvil para el trabajo de todos los días.Algunas semanas atrás, la S-10 sufrió un desperfecto en el sistema de embrague y entró en los talleres de Logística, en la zona del ex Aeroclub de Posadas. El arreglo duró dos días y por si fuera poco, la camioneta volvió al taller, donde permanecía hasta ayer.Ante la necesidad de contar con un vehículo para responder a los constantes requerimientos, se tramitó el préstamo de un Chevrolet Corsa con poco más de 7 mil kilómetros, perteneciente al Comando Radioeléctrico Oeste.La vida útil del Corsa duró lo que canta un gallo. El último miércoles, durante un procedimiento en la zona del puente de la avenida Chacabuco, sobre el arroyo Mártires, se rompió el tren delantero y el automóvil pasó a acompañar a la camioneta en la lista de espera de los talleres policiales.Los efectivos de la Séptima aseguran que el trajín diario por caminos que no son del todo aptos fue la razón por la que el Corsa terminó en manos del mecánico. “Ustedes no cuidan los móviles, así que no le damos más nada”, fue la respuesta que le dieron ‘desde arriba’.Desde ese día hasta ayer pasaron poco más de cinco días y la Séptima sigue sin contar con un patrullero. Por eso, algunos oficiales decidieron ‘cortar por lo sano’ y seguir cumpliendo con el deber a la sociedad, pero con sus vehículos particulares.Más allá de que la vasta jurisdicción cuenta con algo de apoyo del Comando Radioeléctrico Oeste, resulta tristemente increíble que una de las comisarías con mayor trabajo de Posadas deba recurrir a la buena voluntad de sus efectivos para continuar prestando un servicio tan importante como el de la seguridad.“La Policía no tiene un plan adecuado de reparación. Si algo se rompe, tenés que seguir todos los trámites burocráticos”, comentó al respecto una fuente de la fuerza, quien agregó que resulta complicado “ir a zonas de difícil acceso, por ejemplo en Nemesio Parma, con un vehículo que no esté preparado para el terreno”. Más allá de la cuestión meramente operacional, se debe tener en cuenta que más allá del apoyo del Comando, cualquier episodio que suceda en la jurisdicción requiere de la presencia de los efectivos de la Séptima.“No importa si está el móvil del Comando, desde la comisaría hay que ir para llevar adelante todo lo administrativo”, contó otra voz que se mantuvo en el anonimato por razones obvias.La precariedad de la situación llevó incluso a situaciones anecdóticas (ver recuadro). Mientras, la seguridad de casi 80 mil vecinos parece seguir siendo un tema secundario para las autoridades de turno y en la propia comisaría crece el malestar por la precariedad con la que se trabaja. Para el anecdotarioCuando sucede un accidente protagonizado por una moto, por ejemplo, si ese rodado queda destruido es responsabilidad de la comisaría secuestrarlo y trasladarlo hasta la sede.Ante la ausencia de móvil, las fuentes contaron que en la Séptima se las arreglan y, si arrancan, llevan las motocicletas andando hasta la seccional. Lo peor es que, si no hacen contacto, más de una vez debieron arrastrarlas hasta el edificio.





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