“La única alternativa que nos queda es la agroforestería para adaptar y mitigar los cambios climáticos”, dijo el director ejecutivo de la Asociación Coordinadora Indígena y Campesina de Agroforestería Comunitaria Centroamericana (Acicafoc), Alberto Chinchilla. En un encuentro paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), en el que estuvieron presentes ministros, científicos, técnicos y agricultores, se discutió el concepto de esta agricultura climáticamente inteligente, que puede ayudar a reducir la vulnerabilidad del istmo. Consiste en un sistema que incorpora árboles a las labores agrícolas y agropecuarias. Su práctica posibilita encontrar métodos y tecnologías amigables con el ambiente, explicó Chinchilla. Por ejemplo, los árboles permiten recuperar nacientes de agua, protegen con su sombra los cultivos, conservando más la humedad y mantienen más frescos los predios de pasturas, lo que reduce el estrés por calor en el ganado. Además, así se pueden recuperar especies nativas o en extinción y mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades. “La agroforestería es vincular la agricultura, la producción de alimentos y la de árboles. No podemos seguir con políticas agrícolas con el Ministerio de Agricultura separado del Ministerio del Ambiente. Tenemos que armonizar esas políticas y que árbol sea parte de la agricultura”, apuntó Chinchilla. “El cambio climático es uno de los aspectos que limitan el desarrollo sustentable de la región. Estamos apoyando fuertemente la agroforestería y el impulso a las actividades productivas. Hay que definir políticas claras para cruzar acciones coordinadas en los países”, dijo Rigoberto Cuéllar, titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente de Honduras. De acuerdo con Chinchilla, la práctica agroforestal avanzó en la última década en la región. Los países centroamericanos pueden convertirse en vanguardia por una serie de proyectos que promueven la agroforestería y la seguridad alimentaria. El Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y el Fondo Japonés, a través del Banco Mundial, están destinando recursos para reforzar sistemas agroforestales en cultivos de cacao, café, silvopastoriles y de reforestación. Chinchilla indicó que el desafío es aliar el conocimiento tradicional y el científico. Para ello, Acicafoc está organizando, junto al Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), un programa de capacitación para reforzar el conocimiento tradicional y el académico en materia de sistemas agroforestales tropicales. Agroforestería en marchaLa guatemalteca Asociación de Desarrollo Productivo y de Servicios Tikonel es un ejemplo de trabajo local con productos agroforestales. Su director ejecutivo, Francisco Xanté Lobos, explicó que Tikonel actúa con 16 comunidades rurales que cultivan especies como pino y ciprés en plantaciones que consiguieron certificados de sello verde. También producen café, macadamia y cacao, combinados con las especies maderables. “Tras veinte años nos dimos cuenta que hemos hecho muchas cosas en el desarrollo sostenible. Queremos pedir a los gobiernos que apuesten más al desarrollo integral para que contribuyan a una mejor calidad de vida”, dijo Xanté Lobos.





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