OBERÁ (Por Sergio Alvez). Con treinta afortunados inscriptos, arrancó ayer el Taller Materialización Colectiva de la Idea Audiovisual, Guión y Producción, a cargo de Pedro Saborido, guionista del descollante ciclo televisivo Peter Capusotto y sus Videos, uno de los ciclos humorísticos más importantes en la historia de la televisión argentina. Saborido también supo guionar a Tato Bores, es periodista, y guionista de radio y teatro. “Les aviso que no tengo el menor fundamento pedagógico, ni academicismo alguno, ni ortodoxia, para nada; la idea es contar la experiencia de cómo trabajamos nosotros, contar como encontramos un método y como cada uno o cada grupo tiene que encontrar su propio método para escribir guiones”, advirtió Saborido al arrancar la primera clase en una de las aulas de la Facultad de Artes, en el marco del Espacio de Formación del Festival Oberá en Cortos. El guionista dejó en claro que “lo académico está bárbaro, nadie va a negar eso, pero a veces uno se queda agarrado de esos parámetros, y al no poder seguirlos uno se da cuenta de la realidad propia. Entonces más que ayudarnos a continuar, esos parámetros nos traban. Por ejemplo un parámetro que señala que “se necesita para hacer una realización, director de arte, maquilladores, vestuaristas, asistente de fotografía, asistente de producción, todo bien, ¿pero y si somos cinco qué hacemos? ¿nos vamos a casa?”. Con estilo visceral y conciso, Saborido dictó una clase de casi tres horas, que incluyó un ejercicio en el cual se escribieron treinta breves historias en pocos minutos. “¿Y? ¿Está bueno lo que escribieron o es una mierda?”, preguntó luego. Este ejercicio se vincula con un concepto de trabajo donde la inspiración pasa a planos inferiores en cuanto a su importancia para la materialización de producciones e ideas. “En determinado momento no es un tema de inspiración escribir un guión, sino que se trata de sacar historias en un sistema de producción constante. El primer contacto con la realidad que tiene una idea es con el papel o la computadora. La historia inicial siempre puede mejorarse, una historia que es una mierda se puede convertir en la base de otra historia, e incluso en la base de una historia mejor”. Dijo que “generalmente uno ve productos terminados y esos productos terminados a uno lo hacen suponer que las personas que quien los hizo los armó de determinada manera y los concibió de esa manera, y los cerró y le dio un moño, y que el tipo siempre quiso hacer eso: no es así. La gente nunca se entera de lo que realmente quisimos hacer, de cómo empezó todo. Por lo general lo que quisimos hacer es una abstracción, una insatisfacción total que se choca con la realidad, con lo que hay; y es una síntesis entre lo que queríamos hacer y lo que la realidad nos permitió. Pasa a veces como el jugador que quiere tirar un centro y hace un gol”. Consultado al finalizar la primera jornada del taller, uno de los inscriptos sintetizó el entusiasmo general: “Nos partió el cráneo”. El taller de Saborido termina hoy. Cien inscriptosEl Espacio de Formación comprende tres talleres además del de Saborido. Al taller de Cine y Actuación a cargo de Jorge Román acuden doce personas, al de Stopmotion a cargo de Rodolfo Pastor asisten treinta inscriptos y al de Iluminación y Fotografía unas quince personas. Ligia Méndez, coordinadora de los talleres, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “hay mucho entusiasmo en cada uno de los talleres, muy conformes con lo aprendido hasta ahora, y desde la organización también estamos contentos con la respuesta que han tenido los talleres”. El perfil de un grandePedro Saborido es un productor y guionista de radio, teatro y televisión. Con una larga trayectoria, ha adquirido popularidad y reconocimiento trabajando junto al actor, comediante y guionista Diego Capusotto.Se inició como técnico de sonido y tuvo participación en las películas Los chicos de la guerra (1984), de Bebe Kamin y Esperando la carroza (1985), de Alejandro Doria. Luego estudió periodismo en la Universidad de Buenos Aires y Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Durante su juventud conoció a Omar Quiroga. Ambos militaban en el Partido Intransigente. Juntos trabajaron en FM Avellaneda en un programa que llamaron La luna con gatillo. Ingresaron a Radio Mitre en una convocatoria de nuevos guionistas realizada por la emisora. Escribieron algunos guiones para Mario Sapag. Conoció a Diego Capusotto en 1992, cuando este trabajaba en Cha Cha Cha y fue convocado para hacer una participación en el programa de Bores. En 1998, Saborido fue uno de los guionistas de Delicatessen, un programa de humor de breve duración, con Horacio Fontova, Damián Dreizik, Fabio Alberti y Capusotto.En 1999, creó junto a Capusotto, Alberti y Néstor Montalbano el programa de TV Todo por dos pesos, un programa de culto. Se emitió (con algunas interrupciones) hasta 2002. En 2004 se estrenó la obra de teatro Una noche en Carlos Paz, con Capusotto y Alberti y la dirección de Montalbano, continuando la estética del ciclo televisivo. En 2006 apareció ¡Que noche Bariloche! Ese año también regresó a la TV junto a Capusotto (ya sin Alberti y Montalbano) con Peter Capusotto y sus videos.





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