El gobernador bonaerense Daniel Scioli se encontró en los últimos días en el centro de las más variadas especulaciones, vinculadas tanto a la situación de la economía como a la política, debido a las dificultades financieras que le impidieron pagar en tiempo y forma el medio aguinaldo a los estatales bonaerenses y llegar sobre la hora al pago de sueldos.Es difícil saber si la anticipada exteriorización de sus ambiciones presidenciales lo benefició en su camino personal hacia los comicios de 2015, pero sí es claro que en lo inmediato le significó una tensión adicional con la presidenta, Cristina Kirchner, y de partida no pudo conseguir que la Nación le gire los 2.800 millones que pidió para pagar sueldos.Como es sabido, el Gobierno nacional limitó la ayuda a 1.000 millones, que pasaron rápidamente a los bolsillos de los más de 500.000 empleados públicos con que cuenta la provincia a cargo del ex campeón de motonáutica, quien según consultores independientes, como Analía del Franco, no será afectado en los inmediato por el desbarajuste financiero, pero tendrá que remar en lo sucesivo con un panorama complejo de resolver.Para despejar el camino y en un contexto en el que el gobierno bonaerense no tendría más margen para la especulación, so pena de llegar a fin de año a más tardar a una cesación de pagos, Scioli avanzó con una declaración de emergencia y medidas de ajuste que pusieron a los gremios estatales en pie de guerra y evocaron el fantasma más temido, el del pago de sueldos y obligaciones del Estado con Patacones, causal de la caída sin gloria del gobernador Ruckauf en medio de la crisis terminal de 2001. Los augurios sobre una inminente impresión de cuasi monedas en territorio bonaerense no son nuevos, y las consultoras que los echan a rodar desde hace unos meses probablemente exageran en base a un convencimiento político, pero no hay dudas que la batalla que está dando Scioli para mantener las cuentas en orden en la principal provincia -y mayor distrito electoral- del país, es una señal a tener en cuenta para todo el país. El lado político de la situación, en el que destaca la tensión permanente que ha acompañado a las relaciones del gobernador con el ala dura del kirchnerismo, y con la propia Cristina, explica los apuros del momento, pero no es la única explicación del abultado déficit bonaerense. El desfasaje tiene raíz estructural y refleja, entre otros problemas, el obsoleto sistema de coparticipación de impuestos; y los resultados catastróficos de las políticas de desindustrialización y ajuste estructural que en 1992 llevaron a la creación del “Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense”, dotado con 600 millones de pesos-dólares.Restricciones fiscalesEn este marco, incide en el conflicto Scioli-Cristina la mengua de los recursos fiscales que, de acuerdo a un informe reciente del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), se viene produciendo en forma gradual a causa del crecimiento del gasto público. Según Idesa, en el primer semestre de este año las transferencias automáticas a las provincias crecieron a una tasa del 24% anual; mientras que en 2010 lo habían hecho al 34% y en 2011 a 33%. En 2009 -recuerda el informe- el Gobierno nacional superó la crisis con el Fondo Federal Solidario que se conformó con el 30% de las retenciones a la soja, que se coparticiparon a las provincias.¿Y en Misiones?Esta semana, el tema repercutió en terreno provincial, al conocerse que la coparticipación de junio se recibió con una poda del 3% y el Fondo Federal Solidario cayó en un 30%, disminución que el titular de la Legislatura, Carlos Rovira, y el gobernador Closs relativizaron asegurando que el gobierno tomó a tiempo los recaudos fiscales correspondientes; una alusión optimista a la fuerte presión fiscal que impera en la provincia, en base a una política recaudatoria de sesgo compulsivo.Recaudar es precisoEn las citadas medidas precautorias habría que incluir también bochornos como el aumento inconsulto del boleto del servicio concesionado de transporte urbano, que se puso en vigencia este mes, y que incide en las economías familiares de los sectores más vulnerables. También inconsulto fue el nuevo impuesto a la cartelería, que impuso contra viento y marea la Municipalidad de Posadas; y respecto al cual la Cámara de Comercio reclamó infructuosamente una vuelta atrás.El municipio sostiene que sólo actualizó la tasa de publicidad incorporando diferentes tipologías de carteles, sin embargo el lunes pasado, luego de que el domingo venciera la prórroga para el registro de la publicidad, numerosos comerciantes posadeños decidieron mantener tapados sus carteles de publicidad, para evitar lo que consideran un “impuestazo municipal”. Es que, incluso si se admite la necesidad de reacomodar las tasas, las autoridades municipales deberían haber planteado el aumento en forma gradual y con la consiguiente información al comercio en general, para que tuviera tiempo de adecuar sus presupuestos y proyectos. Este manejo arbitrario presente en la aplicación de las tasas, similar al usado para aumentar el boleto de colectivo, deja al descubierto también la indefensión en que se encuentra la sociedad civil frente a los excesos del poder administrador, algo que no se resuelve con instituciones de mediación que terminan siendo cooptadas por el poder político, como ocurrió y ocurre con la Defensoría del Pueblo de Posadas; o que directamente son desnaturalizadas desde el inicio, tal la asociación de defensa del consumidor que auspicia la Dirección de Rentas. Volviendo a la Nación, esta semana el gobierno se vio favorecido por la suba del precio internacional de la soja, que superó la barrera de los 600 dólares la tonelada, situándose a un paso de igualar el récord de 609 dólares que alcanzó en 2008, durante la crisis de la Resolución 125. La suba aminora el efecto de las pérdidas en la cosecha por factores climáticos, y favorece al campo tanto como al Gobierno nacional, que se alzaría con una recaudación extra superior a los 2.000 millones y que le serviría para enfrentar vencimientos de títulos de deuda, según los analistas. PJ privatizadoEn otro terreno, el péndulo de la crisis política señaló este viernes hacia el desarticulado PJ misionero, tras la conferencia de prensa en que la diputada nacional Julia Perié le salió al cruce al presidente partidario, “Lucho” Viana, a quien acusó de “mancillar las banderas históricas del peronismo”. Desde que
accedió a la presidencia, Viana viene prometiendo una normalización que nunca se concreta y que le permite tener al partido “prácticamente privatizado y convertido en un sello a su servicio”, explicó un ex dirigente.Perié reclamó en duros términos un paso al costado a Viana, y que deje entrar al partido a “los compañeros que estamos realmente consustanciados con este Gobierno nacional y popular encabezado por la presidenta Cristina”. La diputada ultra K apareció flanqueada por el ex diputado Líder Sandoval, exponente del humadismo en su etapa de declinación, y militante en su momento por la candidatura de Rodríguez Saá, quien aseguró que el PJ está acéfalo desde el 26 de abril de este año y pidió la apertura al ingreso de todos los afiliados, sin distinción, incluso los que se fueron a la renovación.La coincidencia entre Sandoval y Perié fue adjudicada a la determinación de esta última de ser candidata a la Gobernación en 2015, “para lo que tiene que empezar por manejar el partido y necesita aliados”, indicaron algunas fuentes. En la renovación, afirman que no tienen intenciones de avanzar sobre el aparato del PJ, y diferencian entre “peronismo” y “pejotismo”. Viana, en tanto, convocó a internas para 2013, en concordancia con la consigna nacional, aunque en la provincia el parate en que se encuentra el partido reconoce motivos distintos a los de la interna nacional. El interés por captar el sello del PJ se puede revitalizar en cualquier momento en el Frente Renovador, según sea la derivación de la actual puja interna, que se juega por el momento en tono especulativo. Las visitas a intendentes que hizo el ministro Joaquín Losada promoviendo “la necesidad de una renovación generacional” en la alianza oficialista, da sustento a los trascendidos sobre una interna que -como un monstruo dormido- en cualquier momento puede emerger y perturbar la aparente paz que impera en la superficie.





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