POSADAS. Una verdadera pesadilla vivió un jubilado ayer por la tarde, cuando fue abordado en el interior de su casa por una pareja de malvivientes, quienes lo golpearon salvajemente y le provocaron la fractura del tabique nasal, todo para robarle unos 120 pesos y una bolsa con asado que la víctima tenía en su domicilio.Según contó el propio damnificado, los autores del hecho serían un hombre y una mujer de no más de treinta años, quienes una vez perpetrado el hecho huyeron con el magro botín hacia el anonimato.Al cierre de esta edición, efectivos de la comisaría seccional Tercera y del Comando Radioeléctrico trabajaban para dar con los presuntos delincuentes.EnsangrentadoEn diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Juan Drahanchuk (64) contó cómo fue que la pareja delictiva lo interceptó y lo atacó “a piñas y patadas” en su vivienda de Francisco de Haro al 3200, a metros de Félix Aguirre, cerca de las 13.55 de ayer.“Yo salía a comprar al almacén, pero me olvidé algo adentro y volví. Cuando salí, me agarraron los dos y me empujaron para adentro”, contó Drahanchuk minutos después del hecho, sin dejar de tomarse la nariz y con las prendas de vestir totalmente ensangrentadas.Pese a que no estaban armados, los forajidos intentaron reducir al hombre a fuerza de golpes de puño y patadas. “Dame la guita, vos tenés la guita, danos las joyas”, le dijeron una y otra vez los delincuentes mientras acababan de reducirlo y le fracturaban el tabique nasal.“Les dije que no tengo ni reloj, ¿cómo voy a tener joyas?”, les respondió la víctima, que vive en una humilde vivienda y se dedica a la tapicería.Con el hombre en el suelo, sobre un charco de sangre, los ladrones recorrieron rápidamente el inmueble y posteriormente se dieron a la fuga. Se llevaron alrededor de 120 pesos en efectivo y, lo que resulta increíble, unos pocos kilos de asado que Drahanchuk guardaba en una bolsa.“Vivo hace 58 años acá y es la primera vez que me pasa”, relató el tapicero, quien dio características de los asaltantes: “el hombre no tenía más de treinta años, vestía un buzo amarillo, un jean y una gorrita; la mujer no tenía más de veinte y tenía una remera marrón”.Ante este medio, una vecina de Drahanchuk que prefirió mantener su identidad en el anonimato contó que minutos antes vio al hombre de buzo amarillo merodeando en su vereda, pero alcanzó a cerrar la puerta y las ventanas de la casa. “Ahí se ve que se fue para lo del vecino”, comentó.La cuadra se encontraba conmocionada por la brutal paliza con la que actuaron los forajidos, todo por unos pocos pesos y por algunos kilos de carne vacuna.




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