EL CAIRO (AFP-NA). Mohamed Mursi se convirtió oficialmente ayer en el primer presidente islamista y civil de Egipto, sucediendo así a Hosni Mubarak, desplazado en febrero de 2011 del poder por la presión de una revuelta popular sin precedentes en el país.Pero incluso después de su investidura, Mursi deberá componer con los militares del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), a quien Mubarak había dejado el poder, que conserva amplias prerrogativas.“Juro por Dios todopoderoso preservar el sistema republicano, respetar la constitución y la ley, proteger totalmente los intereses del pueblo y preservar la independencia de la nación y la seguridad de su territorio”, declaró Mursi ante la Corte Constitucional.“Hoy, el pueblo egipcio sentó las bases de una vida nueva, de una libertad total, de una verdadera democracia”, afirmó en un breve discurso.Un poco más tarde, en la Universidad de El Cairo en donde celebró su investidura, Mursi se comprometió nuevamente a ser el presidente de todos los egipcios, musulmanes como cristianos, y a garantizar a la población “la libertad, la justicia y la dignidad humana”.El nuevo presidente, cuyas prerrogativas están limitadas por una “declaración constitucional complementaria” adoptada hace dos semanas por el ejército, saludó al CSFA por “haber mantenido su promesa (…) de no ser una alternativa a la voluntad popular”.A partir de ahora, “las instituciones elegidas reanudarán su labor y el gran ejército egipcio regresará a su misión de proteger la seguridad y las fronteras del país”, agregó delante de centenares de personas, entre ellos el mariscal Husein Tantaui, jefe del CSFA y ministro de Defensa de Mubarak durante 20 años.Mursi también declaró que Egipto respalda los “derechos legítimos” de los palestinos y que quiere detener “el baño de sangre” en Siria.La llegada al poder de Mursi marca un hito en la historia de los Hermanos Musulmanes, cofradía creada en 1928 que fue oficialmente prohibida en 1954 y luego relativamente tolerada durante parte del régimen de Mubarak. Mursi fue incluso encarcelado cuando gobernaba Mubarak. Derecho de vetoTras su discurso en la Universidad, Mursi participó ayer con Tantaui en una ceremonia militar en un base cercana a El Cairo, en la que el ejército le cedió el poder militar.“El ejército estará al lado del presidente elegido por el pueblo”, dijo Tantaui.Pero la cohabitación entre el gobierno civil y el Consejo Militar se anuncia delicada. El CSFA recuperó el poder legislativo tras la disolución, a mediados de junio y al amparo de una decisión judicial, del parlamento, dominado por los islamistas.El nuevo presidente ya había desafiado al ejército al jurar simbólicamente el cargo ante decenas de miles de personas en Tahrir, “la plaza de la libertad y de la revolución”, según sus propias palabras.Con el poder legislativo, los generales conservan el derecho de vetar cualquier nueva ley o medida presupuestaria impulsada sin su acuerdo. El ejército también conserva potestad sobre la redacción de la futura constitución, piedra angular de la separación de los poderes en el futuro.El flamante presidente civil deberá gobernar Egipto sin que se haya adoptado una constitución. La que regía durante la era Mubarak fue suspendida y la redacción de la nueva Carta Magna se atrasó.Además de las tensiones políticas Mursi deberá hacer frente a una situación económica difícil, con un 12% de desempleo y una neta degradación de la economía desde principios de 2011 por la caída del turismo, el repliegue de las inversiones extranjeras y la disminución de las reservas de cambio. Los ingresos del turismo, que era una de las principales fuentes del país más poblado del mundo árabe con 81 millones de habitantes, representaron en 2011 8.800 millones de dólares contra 12.500 millones en 2010.





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