POSADAS. Con charlas, debates, intervenciones artísticas, actividades de visibilización y el Festival Movi Div (Movimiento Diverso), que tendrá lugar hoy desde las 16, en el Paseo Bossetti, se desarrolla por primera vez en la provincia la Semana del Orgullo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT).En este ámbito, se realizó ayer en la Facultad de Humanidades la “Primera Jornada de Diversidad Sexual”, con la participación de académicos como Lidia Schiavoni (de la carrera de Antropología); del titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) Misiones, Mariano Antón; la presidenta de la Asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT Misiones), Laura Bronzino, organizadora de esta actividad; y dos invitados muy especiales: la presidenta de “La Fulana” (Espacio de lesbianas y mujeres bisexuales) y vicepresidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, Claudia Castro; y el secretario de Varones Trans de esa federación y presidente de RITTA, Kalym Soria. Volverse visibles Claudia Castro ocupa hoy la presidencia de “La Fulana”, un colectivo de lesbianas y bisexuales que funciona en la Ciudad de Buenos Aires desde 1996. “Comenzó como un espacio para compartir poesías y casi inmediatamente se convirtió en el lugar donde se refugiaban las chicas expulsadas por sus familias. Estamos en Capital pero la mayoría son del interior del país, ahora no tenemos ninguna porteña. Es el resultado del ‘exilio lésbico’, yo nací acá… en Posadas, tengo 36 años, esposa e hija”, contó.Como todos los presentes, Castro elogió la Ley de Identidad de Género “¿la leyeron? Es la mejor del mundo, la más revolucionaria de los últimos 200 años… los legisladores no deben saber lo que votaron”, ironizó. Pero faltan algunos años para que estos cambios jurídicos se traduzcan en cambios sociales profundos. Según advirtió, “las lesbianas sufrimos una doble discriminación, por ser mujeres y por ser invisibilizadas como lesbianas. ¿Conocen la historia de Natalia Gaita, fusilada en 2010 por ser lesbiana? Es una chica que fue asesinada por su padrastro cuando se enteró de que Natalia tenía novia, vivía en Córdoba y tenía 24 años. No fue noticia en ningún medio. Las lesbianas somos invisibilizadas, por eso ahora impulsamos un proyecto que se llama ‘Kilómetros Fulanas’, para recorrer ciudades, especialmente las más chicas, para hablar con la gente sobre qué somos las lesbianas”. Con actitud desafiante, Claudia admitió que “me gustaría ir por la vida no sólo con la bandera de lesbiana… yo lucho por muchas cosas, me preocupan muchas situaciones de mi país. Pero ser lesbiana es hoy, para mí, una identidad política porque este es el tema que me afecta más directamente”. A su entender, “estamos atravesados por una cultura que nos exige discriminar, es muy difícil aprender a no discriminar pero es muy fácil aprender a tomar conciencia”. Un tipo que ama y es amado “Estados Unidos tiene su 4 de julio y yo tengo mi 4 de junio, que es el día en que tramité mi nuevo DNI. Ese día dejé de llamarme Claudia Mabel Soria”, se presentó el secretario de Varones Trans de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans y presidente de RITTA, Kalym Soria, el primer argentino en hacer la rectificación registral.Durante la siguiente hora, este hombre nacido en un cuerpo de mujer contó su historia. “Tengo noción de mi masculinidad desde los cuatro años. Porque el sexo está entre las piernas, pero la identidad sexual está entre las orejas… nuestra cabeza”, señaló. Kalym recordó que sus padres eran de Tucumán y se instalaron en Buenos Aires, “no estaban preparados para enfrentar mi identidad sexual. Mi mamá me compraba muñecas, yo ni las tocaba, se amontonaban impecables en un estante. Me moría por los juguetes de mis primos, salir a jugar a los tiros…”. A los 18 “trabajaba en una Iglesia Evangélica Bautista, hacía una actividad social en las villas que me encantaba e incluso me estaban por mandar fuera del país. Entonces, me pidieron que evangelizara a una chica muy bonita y me enamoré. De un día para otro me echaron de mi casa y me quedé sin familia, sin trabajo, sin iglesia y sin amigos”. Desesperado por encontrar a alguien que lo escuche y entienda, Kalym buscó a un terapeuta y “aprendí a camuflarme en la sociedad, el problema es cuando queremos dejar de mentir”. Kalym conoció a su pareja, Soledad, hace 22 años y desde entonces están juntos. “Tenemos un hijo, Leonel, de 23 años, un tipo increíble y hermoso”, contó. “El padre biológico de Leonel es abogado y durante todos estos años tuvimos miedo que nos lo quitara”, confesó.“No me recibí para no ponerme el vestido largo” Su experiencia en el sistema educativo tampoco fue muy buena. Después de pasar por la secundaria, estudió en la universidad la Tecnicatura en Bioquímica, “me faltaban cuatro meses para recibirme y me taladraban con los preparativos para el acto de colación porque, en ese entonces, los egresados hombres se presentaban con traje y las mujeres con vestidos largos. Dejé la carrera, no me recibí para no ponerme el vestido largo”, aseveró. Kalym intentó inscribirse en Trabajo Social en la Universidad de Buenos Aires (UBA), “no me dejaron hacerlo con un nombre diferente al que figuraba en mi DNI, fue hace veinte años. Hoy estoy estudiando Trabajo Social en la UBA”, detalló. Las posibilidades laborales de los trans son mínimas, “ninguna empresa acepta trans entre sus empleados, no es casual que muchos trans -especialmente las mujeres trans- terminen trabajando en la calle, donde el promedio de vida es de 35 años”, remarcó. Kalym elogió la Ley de Identidad de Género, “conseguir el reconocimiento del Estado de nuestra identidad no tiene precio, para mí fue una liberación. Pero entre lo legal y la realidad hay una brecha grande”. En este sentido, lamentó que en el país no haya “una salud primaria que reconozca la identidad sexual, razón por la que muchos trans nos autohormonamos. Es que el abuso que recibimos los varones trans cuando vamos al médico es terrible, por eso la opción es no pisar jamás un hospital. Esto tiene que cambiar y no
buscamos centros de salud amigables para recibirnos, sino lugares preparados para atendernos”, advirtió Kalym, “un tipo que ama y es amado”.





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