CAMPO RAMÓN. Un repartidor y su compañero vivieron un momento que no olvidarán fácilmente después de ser interceptados por un grupo de “piratas del asfalto” que los amenazó, le provocó heridas y finalmente huyó con una suma cercana a los 60 mil pesos.El hecho sucedió a última hora del viernes sobre la ruta provincial 103, a unos pocos kilómetros de Campo Ramón, cerca de Oberá.Hasta el cierre de esta edición, efectivos de la comisaría de esa localidad, de dependencias obereñas y del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II buscaban con intensidad a los forajidos, que se dieron a la fuga en un Fiat Duna de color blanco.Noche de terrorEl hecho sucedió a eso de las 21 del último viernes, en momentos en que un camión Mercedes Benz de la empresa Maxiconsumo regresaba a Posadas guiado por un empleado de 37 años y su acompañante, de 34, por la ruta provincial 103.En ese lugar, a pocos kilómetros de una de las rotondas de acceso a Oberá, el Mercedes Benz fue imprevistamente interceptado por un Fiat Duna blanco del que se bajaron al menos tres delincuentes.Si bien no había trascendido hasta ayer, se supo que al menos uno de los forajidos estaba encapuchado. Otra versión, en cambio, decía que el trío delictivo actuó con los rostros cubiertos.De una u otra manera, lo cierto es que los delincuentes llegaron hasta la cabina del camión portando armas de fuego y cuchillos con los que amenazaron de muerte al conductor y su acompañante.Con el lógico temor por su vida, el conductor decidió entregarle a los ladrones un maletín en el que llevaba la recaudación de todo un día de repartos. La versión más firme indicaba que en ese portafolio había unos 60 mil pesos. Con el correr de las horas, se hablaba de que en realidad allí sólo había unos 20 mil pesos.Así las cosas, el trío tomó el dinero, regresó al Fiat Duna y se perdió en la oscuridad de la noche, ante la incredulidad de las víctimas, que se tomaron varios minutos antes de salir del estado de nerviosismo.Debido a las escoriaciones y hematomas que los empleados recibieron en el cuero cabelludo es que se supo que los malandras actuaron con violencia y los golpearon para conseguir el efectivo y escapar.Hasta anoche, un importante número de uniformados trabajaba en la investigación del caso, aunque al cierre de esta edición no se conocían mayores novedades con respecto al caso.Si bien no existen hipótesis firmes, una fuente deslizó que los detectives que trabajan en la investigación del episodio suponen que los delincuentes tenían el dato certero de cuánto dinero aproximadamente llevaban los empleados en el camión. Incluso, no descartan que los “piratas del asfalto” sean los mismos que atacaron otras veces.





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