La Escuela Especial 30 es la única opción que ofrece la educación formal a los niños y adolescentes discapacitados en todo el radio urbano y rural del municipio de San Vicente. Aquí, acuden varios niños que se presume fueron afectados por agroquímicos y nacieron con patologías complejas. El plantel docente está compuesto por 12 personas y la matrícula escolar total de la institución es 87 alumnos. Laura Márquez, directora de la escuela, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “además de los alumnos de grado, hay chicos en estimulación temprana, atención temprana y otros que son de un taller para ex alumnos, vienen de toda la zona. Trabajamos con todas las patologías, desde retrasos madurativos, parálisis cerebral, retrasos mentales, síndrome de Down, patologías motrices, sensoriales, entre otras”. Desde hace dos años, la escuela viene gestionando con el Estado provincial la construcción de más aulas, dado que ya no pueden inscribir más alumnos, por falta de espacio. Esta saturación provoca que decenas de niños discapacitados se queden sin ingresar al sistema educativo especial, generando largas listas de espera. “Los tiempos del gobierno, en cuanto a lo presupuestario, no se condice con las necesidades urgentes de la zona. Nos pueden llegar a dar la ampliación suponte dentro de tres años, y hoy tenemos chicos que están perdiendo lo más importante que podemos tomar para mejorar algunas cuestiones; hay niños que podrían salir adelante viniendo a la escuela pero no tenemos más lugar”. Agrotóxicos“En los últimos tiempos empiezan a aparecer en los relatos de los padres, asociaciones de las enfermedades de sus hijos, con el historial de uso de agroquímicos en el tabaco que ellos, o las madres embarazadas, ejercieron y ejercen en muchos casos” cuenta la directora, para quien “en base la formación e información que uno tiene, puedo afirmar que hay relación con algunos casos de discapacidad en alumnos de esta escuela, que tienen que ver con los agrotóxicos, no podría estimar porcentajes, pero sí”. La Escuela Especial 30 tiene siete años de existencia. Ladrillo por ladrillo fue levantada por los padres, docentes y vecinos, sin aportes para su construcción por parte del Estado Provincial. Así mismo se anexaron salones y se acondicionaron los baños. Es una escuela meramente construida por la comunidad escolar.





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