RÍO DE JANEIRO, Brasil (Agencia Deutsche Welle). Las reacciones al documento de cierre de la cumbre Río+20 son negativas en su conjunto, y califican a la declaración como un fracaso absoluto. Sólo un par de iniciativas individuales dan lugar a la esperanza.La experta en desarrollo y medio ambiente de la Fundación Heinrich-Böll, Barbara Unmubig, ya estuvo presente hace veinte años en la primera cumbre de las Naciones Unidas sobre sostenibilidad, que también se llevó a cabo en Río de Janeiro. En ese momento reinaba la euforia, recuerda la activista. “El conflicto Este-Oeste ya había pasado, y muchos países se habían dado cuenta de cuán urgentes eran los problemas del medio ambiente. Parecía que los dilemas acerca del cambio climático y la preservación de la capa de ozono podían solucionarse si sólo había voluntad política”, dice Barbara Unmubig.Así eran las cosas entonces. Y hoy, veinte años más tarde, los problemas que acosan al planeta son aún mayores, pero la conferencia sobre sostenibilidad 2012 al pie del Pan de Azúcar concluyó solamente con una declaración no vinculante acerca de la protección del medio ambiente y de la naturaleza, sin metas concretas ni plazos determinados. Las denuncias contra la “economía verde” se apoderaron de la cumbre, con acusaciones de Bolivia, Ecuador, indígenas y varias ONG a los países ricos por promover una nueva forma de colonialismo ambiental y enojo por la falta de resultados.“Los países del norte se enriquecen en medio de una orgía depredadora y nos obligan a los países del sur a ser sus guardabosques pobres”, denunció el presidente boliviano, Evo Morales, en la sesión plenaria de la cumbre, que reunió a 86 jefes de Estado y de Gobierno. “Nos quieren crear mecanismos de intervención para monitorear y juzgar nuestras políticas nacionales (…) con excusas ambientalistas”, lamentó.La transición hacia una “economía verde” fue finalmente incluida en la declaración final aprobada por todas las delegaciones tras meses de discusiones. “Los más poderosos son los que están depredando el planeta, consumiendo bienes ambientales, gratuitamente. Porque los que producimos los bienes ambientales somos los países en vías de desarrollo: Brasil, Ecuador, la selva amazónica”, dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa.“El problema no es técnico, es político. Mientras exista la relación de poder que existe en el planeta, va a ser muy difícil llegar a estos compromisos por parte de los grandes contaminadores”, añadió el mandatario ecuatoriano. Cientos de indígenas de todo el planeta, que participan en la conferencia, denunciaron en un documento entregado a Naciones Unidas, que “la economía verde es un crimen de lesa humanidad y contra la Tierra”. Representantes de la sociedad civil, ecologistas y activistas contra la pobreza manifestaron su furia ante el “fracaso” y “la ausencia de compromiso” en la cumbre. Daniel Mittler, de Greenpeace, catalogó el resultado de Río+20 de “desastroso” y expresó su “decepción” y su “cólera”, al tiempo que estimó que “el fracaso de Río+20 dará más energía para movilizarse y luchar por el planeta”. Algo positivoSólo unas pocas iniciativas individuales aportan algo de luz al oscuro panorama. Ocho bancos de desarrollo como, por ejemplo, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Desarrollo, anunciaron que planean donar 175.000 millones de dólares en los próximos diez años para fomentar sistemas de tráfico acordes con el entorno de las megaciudades del hemisferio sur, allí donde las emisiones de CO2 aumentan con más velocidad. Claves• Cientos de indígenas de todo el mundo que participaron de la conferencia denunciaron en un documento entregado a la ONU que “la economía verde es un crimen de lesa humanidad y contra la Tierra”.• “La economía verde es nada menos que capitalismo de la naturaleza (…) una economía basada en la destrucción del medio ambiente” y “la continuación del colonialismo que los pueblos indígenas y nuestra madre Tierra han resistido durante 520 años”, expresaron.• Los países más ricos generanel 60% de las emisiones de CO2, mientras el 20% más pobre delplaneta produce apenas 0,72% de dichos gases contaminantes.





Discussion about this post