LOS CABOS, México (AFP-NA). Los líderes del grupo de países desarrollados y emergentes del G-20 iniciaron ayer en México una cumbre decisiva para intentar hallar una solución al rompecabezas del euro y a la desaceleración mundial.Los mandatarios abrieron su séptima cumbre en Los Cabos (noroeste) aliviados tras el resultado de las elecciones griegas del domingo, que dieron una victoria ajustada al partido conservador Nueva Democracia, partidario de permanecer en la Zona Euro.“La elección de ayer (domingo) en Grecia supone una perspectiva positiva (…) para que trabajen constructivamente con sus socios internacionales para que puedan continuar en la senda de la reforma”, afirmó el presidente estadounidense, Barack Obama, antes del inicio de la cumbre, que se cierra hoy.En plena campaña para su reelección, Obama se juega gran parte de su capital en Europa.La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró que “Grecia tiene que cumplir y cumplirá” los compromisos asumidos al aceptar el rescate de su economía por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).Las elecciones no pueden cuestionar los compromisos asumidos por Grecia. No podemos poner en peligro los pasos hacia la reforma que hemos acordado”, agregó.Obama y Merkel se reunieron también poco antes del inicio de la cumbre.Los países emergentes como China o Brasil están resentidos por el impacto de la crisis europea.Los líderes europeos arrancaron la jornada mostrando una actitud defensiva.“Francamente, no venimos a recibir lecciones de democracia o sobre cómo manejar la economía”, advirtió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.“Esta crisis se originó en América del Norte y buena parte de nuestro sector financiero se vio contaminado por, ¿cómo decirlo?, prácticas poco ortodoxas de algunos sectores del mercado financiero”, enfatizó.La crisis financiera de 2008, que llegó a provocar una recesión mundial, estalló con una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. Pero ahora ya son cuatro los países europeos que han necesitado ayuda hasta el momento a causa de sus propios problemas o excesos: Irlanda, Grecia, Portugal y España.“Europa en estos momentos muestra una situación de tensión pero de algún modo también ha mostrado una voluntad de reformas económicas”, declaró el ministro español de Economía, Luis de Guindos.En el seno del G-20 se reproduce la batalla entre los que apuestan por el crecimiento, aunque sea a costa de más gasto público, y los que apuestan por la austeridad y el control de los déficits.La gran complejidad de la crisis del euro, en la que ningún protagonista quiere perder excesiva soberanía, se añade a ese entorno de nerviosismo.Los países emergentes del grupo BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- acordaron por su parte que aumentarán su contribución para el aumento de capital del FMI, lo que debería darles en principio más poder en ese organismo.Pero eso sucederá “en el entendido de que estos recursos (de los países emergentes) se utilizarán solo luego de los actuales” fondos disponibles.En abril el G-20 anunció que iba a reforzar al Fondo con 430.000 millones de euros, de los cuales ya consiguió compromisos por 340.000 millones.Al margen también de la cumbre, Obama y el presidente ruso, Vladimir Putin, se vieron por primera vez desde que el ex agente del KGB regresó al Kremlin.“Para acabar con el baño de sangre en Siria pedimos el fin inmediato de toda violencia”, declararon Obama y Putin en un comunicado conjunto, en el que aseguraron que ambos creen que “el pueblo sirio debería tener la oportunidad de elegir democrática e independientemente su futuro”.




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