LONDERO (Enviados Especiales). Hace casi veinte años que las familias que residen en Paraje Los Pindó de esta localidad, que pertenece al municipio de San Vicente, viven sin luz eléctrica. A pesar de sus repetidos reclamos y tramitaciones realizadas ante las autoridades, tanto municipales como de Electricidad de Misiones SA (Emsa), no han logrado concretar el anhelo de tener electricidad. Rosalino Olivera tiene setenta años y reside en el lugar desde 1994, “desde que compré esta chacra, que tiene 31 hectáreas, de las que de 16 tengo título de propiedad, estoy luchando para que llegue la luz. Presentamos notas, hablamos con los políticos que en tiempo de campaña vienen por acá y nos prometen que van a hacer posible que tengamos luz, pero hasta el día de hoy nunca cumplieron”, indicó el hombre, quien a pesar de su edad aún trabaja la tierra.Olivera contó además que en el afán de que sus pedidos tuvieran consistencia “nos juntamos las familias de la zona, hicimos una nueva lista y la presentamos al intendente que nos prometió que iba a viajar a Posadas para ver si podía conseguir que nos den la luz, pero bueno, esperemos que se haga realidad, porque nos prometen y nos prometen una y otra vez lo mismo y nunca pasa nada”, dijo como resignado. Pensar que en pleno siglo XXI haya familias que viven sin luz es increíble. Olivera, por ejemplo, que reside en el lugar hace 18 años, cuenta que como no tienen energía eléctrica, cuando “carneamos un chancho o un pollo tenemos que comerlo todo porque sino se pone feo. Incluso tengo una heladera que me regalaron para mi cumpleaños, hace un año ya, y aún no puedo usarla. Nosotros ya estamos solos con mi esposa, pero siempre nos arreglamos de la misma manera, con lámparas a kerosene, acá cae la noche y todo es oscuridad”, explicó el colono.Asimismo, Jorge Reveiro, otro vecino del mismo paraje, contó que vive en el lugar desde hace ocho años. Pero antes, la propiedad le pertenecía a su suegro “después yo le compré la chacra, así que hará entre el tiempo que vivió mi suegro acá y ahora nosotros, por lo menos veinte años que estamos reclamando lo mismo, el poder tener luz. Mi suegro se mudó a otra chacra, a unos tres kilómetros de acá, ahí corresponde a 25 de Mayo, y ellos tienen luz por la CAUL. Incluso las familias que viven a 600 metros de este paraje tienen luz eléctrica, sólo nosotros no tenemos. Es realmente un problema, en mi caso compramos un freezer y lo llevamos a la casa de mi suegro, ahí dejamos la carne y los alimentos perecederos, que tenemos que ir a buscar cada vez que necesitamos y son tres kilómetros que hay que andar”, dijo. Además, se quejó, al igual que Olivera, por la falta del cumplimiento de lo prometido por parte de los políticos de turno. “Nosotros hablamos con todos los que pudimos, en tiempo de campaña vienen acá y nosotros les pedimos la luz y nos dicen que sí, que van a hacer algo para que nos llegue, pero nunca cumplieron. Incluso, cuando fuimos a hablar con gente del municipio y de Emsa les dijimos que si era necesario nosotros íbamos a hacer los pozos para los postes y les íbamos a ayudar a colocarlos, todo para que llegue la luz, pero ni así tuvimos respuesta”, indicó. Los caminos, un problemaEl acceso y salida del Paraje Los Pindó es como realizar una travesía. Para los visitantes puede llegar a ser un desafío, pero para las familias que diariamente deben transitar por esos caminos, se convierte en una pesadilla. Rosalino Olivera contó que hace unas semanas su esposa se descompuso y debieron trasladarla a San Vicente para atención médica. El salir de su casa fue toda una odisea, ya que los caminos están en muy mal estado.“Desde 1994, cuando nos mudamos acá, peleo para que nos arreglen los caminos y nos pongan la luz. El camino tiene precipicio a los costados y la falta de mantenimiento hace que los pozos sean cada vez más grandes. Como los reclamos no fueron escuchados por la Municipalidad, con los vecinos ofrecimos pagarle el combustible de la máquina comunal para que arregle los caminos, incluso doné toscas para que se coloquen para poder transitar. Vinieron, estuvieron unos días, le pagamos el combustible y no arreglaron nada”, explicó Olivera.La misma queja se escuchó de la familia Riveiro, “todos los días es una travesía transitar por estos caminos. Caminando se puede sortear mejor los pozos, pero hay que andar kilómetros y kilómetros para salir al camino que está en buen estado”, contó Jorge Reveiro, quien hace ocho años vive en el lugar.





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