POSADAS. Los dos sospechosos detenidos en el marco de la investigación por el robo de armas en la Escuela de Cadetes de la Policía de Misiones, declararon ayer y de acuerdo a fuentes del caso, si bien no trascendieron oficialmente sus dichos, no habrían aportado mayores datos a la causa. Cabe recordar que el arresto de los sospechosos se concretó horas después de que el caso saliera a la luz a través de las páginas de PRIMERA EDICIÓN, el miércoles 6 de junio. Se trata de un cabo de la Policía de Misiones, quien a su vez tenía fuertes vínculos con un pescador de Nemesio Parma, en cuya casa la Justicia encontró una cantidad importante de proyectiles de ese calibre y un pistolón reformado con un cañón 11.25, entre otras armas y elementos de interés. De acuerdo a la investigación judicial fueron ocho pistolas calibre 11.25 que se encontraban en la armería las que “desaparecieron”. El faltante fue detectada tras un control de rutina en el inventario que posee la institución. El circuito en el mercado negro Trascendió desde la pesquisa que las armas que fueron sustraídas formaban parte de un lote rotulado como “en desuso” y se utilizaban en la escuela de policías para prácticas técnicas y no de tiro, aunque sus partes pueden ser utilizadas para refaccionar otro tipo de pistolas, lo que se transforma en un verdadero riesgo. Lo que ahora temen y no descartan los investigadores es que hayan ingresado en el mercado negro, cayendo en manos de delincuentes. Es por ello que se trata de establecer la ruta que siguieron estas armas desde su desaparición. En ese sentido y tal como ya se publicó en la vivienda del pescador fueron incautados por los uniformados unos setenta proyectiles 11.25, unas treinta vainas servidas, un pistolón de manufactura casera que había sido transformado y que tenía “instalado” un cañón de ese calibre y cuatro cargadores vacíos que pertenecerían a la Escuela de Cadetes. También se secuestró un revólver .32, una escopeta de doble caño y cartuchos del calibre 12.





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