OBERÁ (Corresponsalía y Redacción Central). Mientras los tres peligrosos delincuentes que se fugaron de la comisaría seccional Segunda siguen prófugos, en las últimas horas trascendieron detalles al respecto. Por ejemplo, que un preso de la dependencia avisó días antes del peligro de fuga o que la escasez de combustible y la falta de móviles atentaron en cierta medida con la búsqueda.Así lo revelaron fuentes de extrema confianza a PRIMERA EDICIÓN, quienes confirmaron varios de esos trascendidos que se escucharon en los últimos días. Todo mientras Marcelo Da Silva (19), Carlos Alegre (29) y Alberto Cuevas (26) continúan prófugos de la Justicia.Una de las cuestiones que se conoció tiene que ver con la voz de alerta que lanzó uno de los reos detenidos en la Segunda obereña días antes de que se consumara la fuga.Al parecer, ese detenido sabía del “plan maestro” que estaban a punto de ejecutar los delincuentes que se escaparon, algo que resulta lógico si se tiene en cuenta que los fugados limaron y doblaron barrotes -una tarea que, se supone, lleva varios días-, forzaron puertas y perforaron el techo.En ese sentido, no es descabellado pensar que casi todos los presos de la dependencia sabían lo que tramaban Da Silva, Alegre y Cuevas. Sin embargo, sólo uno se animó a romper los códigos y delató a sus compañeros ante uno de los oficiales.Llama la atención entonces que, pese a esa advertencia, todos hicieron oídos sordos y nadie tomó cartas en el asunto. Cuando la guardia se percató del escape, alrededor de las 5 del lunes 4 de junio, ya era demasiado tarde para actuar.Ante esta información, el interrogante que surge es saber si efectivamente la fuga pudo haberse evitado. Será la Justicia quien intente esbozar una respuesta.Otro de los puntos que dieron a conocer las fuentes en las últimas horas tiene que ver con los pormenores de la búsqueda de los tres presos rebeldes.Si bien es cierto que se montó un operativo en la zona horas después del hecho, una voz fidedigna reveló que en los días posteriores la búsqueda mermó sustancialmente debido a la escasez de combustible y de móviles disponibles.Incluso se supo que un grupo de detectives tenía algunos datos con respecto al paradero de uno de los evadidos, pero la respuesta de uno de sus superiores fue tajante: “El móvil no lo podés sacar porque lo necesitamos para otra cosa. Además, tampoco hay combustible”.De regreso a la fuga en sí, otro punto que llama la atención de las autoridades tiene que ver con que, al contrario de la Primera o Tercera obereñas, en la Segunda las celdas están dentro del mismo edificio y no en un patio lindante. Entonces, resulta extremadamente difícil escapar sin ser visto por algún policía, más si se tiene en cuenta todo lo que debieron hacer y recorrer los presos para ganar la libertad.Así las cosas, los efectivos policiales que estaban afectados al servicio esa madrugada fueron sumariados y son investigados por estas horas. Mientras tanto, Da Silva, Alegre y Cuevas continúan en el anonimato a casi diez días del cinematográfico escape. Un insólito récord de escapeEn la edición del 20 de abril, este medio publicó una nota sobre la seguidilla de casos que ya en ese momento comenzaba a preocupar a la opinión pública.“Oberá: en menos de un mes ya se fugaron tres presos de comisarías”, decía en aquella oportunidad el titular. En la nota se desarrollaban los dos últimos casos de escape registrados en la ciudad del centro de la provincia, que afortunadamente encontraron punto final con la recaptura de los evadidos.Sin embargo, nadie imaginaba que a las pocas semanas un nuevo hecho de características parecidas volvería a producirse, esta vez, con los prófugos todavía en libertad.Como ya lo publicó en varias oportunidades este medio a través de diversos informes especiales, una de las problemáticas principales a la hora de analizar este tipo de hechos tiene que ver con el hacinamiento que se vive en muchas de las dependencias policiales, donde se mezclan detenidos por delitos menores con procesados por casos más graves. El prófugo que robó vestido de gendarmeLa “hazaña” se ganó un espacio importante en la edición del 21 de abril, cuando este medio publicó los pormenores del robo que sufrió una familia de Panambí en manos de tres ladrones armados.Aquel violento atraco tuvo como característica extraordinaria el hecho de que el trío delictivo vestía uniformes similares a los de Gendarmería Nacional e incluso uno de ellos portaba una pistola 9 milímetros, como la utilizada por las fuerzas de seguridad.Después de que maniataron al maderero y a su familia, los forajidos se alzaron con 15 mil pesos en efectivo, una notebook y cinco teléfonos celulares. Huyeron en el vehículo en el que habían llegado y en el Ford Ka de una de las víctimas.Sin embargo, algo falló y la Policía logró detener a uno de los asaltantes sobre la avenida Italia casi Posadas de Oberá. Fue el único apresado que tuvo el caso.“Alberto C., 26 años”, figuraba en los partes policiales que circularon en su momento. El nombre fue noticia pero después, con el correr del tiempo y como el resto, cayó en el olvido. Hasta ahora.El lunes 4 de abril se conoció la noticia de la fuga de tres peligrosos detenidos de la comisaría seccional Segunda obereña. Entonces, por fin el apresado tuvo apellido: uno de los fugados era Alberto Cuevas, uno de los tres malvivientes que había atacado en la vivienda del kilómetro 8 de la ruta provincial 5, en Panambí.Cuevas, oriundo de Buenos Aires y con otros tantos antecedentes por hechos delictivos similares, cayó cuando manejaba un Chevrolet Corsa Classic por el centro obereño. En ese vehículo la Policía secuestró dos camisas y un pantalón verde idénticos a los de GN, un par de borceguíes, junto a dos insignias rojas de suboficiales de esa fuerza.Por estas horas, los detectives también investigan presuntos vínculos de Cuevas con la banda que asaltó y le robó 80 mil pesos a uno de los dueños del supermercado Gauze, el 5 de abril de 2012, es decir, un día después de su detención.Una fuente cercana a la investigación de la fuga reveló que Cuevas ya habría abandonado la provincia y estaría de regreso en Buenos Aires. En tanto, poco y nada se sabe de otro de los fugados, Marcelo Da Silva (19), quien fue detenido el 26 de junio de 2011 por un hecho de homicidio perpetrado en Aristóbulo del Valle, de donde es oriundo.Tampoco hay indicios firmes sobre el paradero de Car
los Alejandro Alegre (29), oriundo de Oberá y apresado el 14 de abril de este año por una causa de abuso sexual iniciada en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional II de la Policía de Misiones.





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