DAMASCO, Siria (AFP-NA). Al menos 52 personas, en su mayoría civiles, murieron en Siria en una nueva jornada de violencia, el mismo día en que Rusia e Irán, dos aliados del régimen de Bashar al Assad, anunciaron que se reunirán el miércoles para abordar la situación.Tras la jornada del domingo, en la que murieron 63 personas, la represión de la revuelta contra el régimen, que cumple 16 meses, y los combates entre soldados e insurgentes dejaron el lunes 28 civiles, 20 soldados y 4 rebeldes muertos, indicó la organización no gubernamental Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).El Ejército bombardeó con artillería pesada la ciudad de Rastan, en la provincia de Homs (centro), la región de Hafa en la provincia de Latakia (noroeste), algunos sectores de la provincia de Idleb (noroeste) y la localidad de Al Ashara, en la provincia de Deir Ezor (este), en un intento de retomar el control de estos bastiones rebeldes, según el OSDH.En estas mismas zonas también tuvieron lugar combates entre soldados e insurgentes, con varios ataques con bomba contra las fuerzas de seguridad, indicó la misma fuente.Los combates se intensificaron en los últimos días en varias ciudades del país, sobre todo en Damasco, donde el Ejército Sirio Libre (ASL), formado sobre todo por desertores, está provocando las bajas más importantes para las tropas del régimen.Más de 14.100 personas murieron desde el 15 de marzo de 2011, cuando empezó la revuelta contra el régimen de Bashar al Assad, primero con manifestaciones pacíficas y luego con combates militares, según el balance de la OSDH. Reunión en TeheránEl plan de paz del emisario internacional Kofi Annan se ha quedado en letra muerta y las grandes potencias siguen divididas sobre la manera de resolver la crisis. Los países occidentales piden sanciones y la salida de Assad, mientras que rusos y chinos se niegan a cualquier tipo de injerencia en el país.Desde Ginebra, un portavoz de Annan dijo que el emisario internacional está “muy preocupado” por la situación y la escalada de violencia entre rebeldes y fuerzas del Gobierno.En ese contexto el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, viajará a Teherán. El principal aliado de Damasco es acusado de proporcionarle armas y conocimientos para reprimir al pueblo.





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