MADRID, España (AFP-NA). El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, se declaró “muy satisfecho” de haber obtenido ayuda europea para su banca y evitar una intervención del país, en un esfuerzo por acallar las críticas de haber cedido a la presión para aceptar un rescate que no quería.“A mí nadie me ha presionado y no sé si debería decir esto, pero el que he presionado he sido yo porque quería una línea de crédito” para recapitalizar el sector bancario, afirmó Rajoy, pese a que hace menos de dos semanas aseguró categóricamente: “No va a haber ningún rescate de la banca española”.En su primera aparición pública tras el anuncio el sábado de la ayuda a la banca, Rajoy defendió su política de austeridad, implementada desde su llegada al poder en diciembre.“Si no hubiéramos hecho lo que hemos hecho en los cinco últimos meses, lo que se hubiera planteado ayer era la intervención del reino de España”, subrayó.El jefe del ejecutivo conservador, que aseguró estar “muy satisfecho” con la ayuda a su país, defendió que ésta servirá para dar mayor credibilidad a la moneda común europea.“Ayer se ganó la credibilidad del euro”, afirmó. “Aquí ha ganado el euro, aquí se ha mandado un mensaje muy claro y muy contundente y eso hará que la credibilidad en el proyecto europeo se incremente mucho más”, afirmó.“Rescate para España”: este gran titular en portada del diario El País resumía el domingo el estupor de la prensa española, quien insistía en que, tras haberlo negado durante mucho tiempo, el Gobierno finalmente cedió a pedir ayuda para sus bancos.“Rescate bajo presión”, insistía El Periódico.Al término de una videoconferencia de los ministros de Finanzas de la Zona Euro convocada de urgencia el sábado, el titular de Economía español, Luis de Guindos, anunció que España pedirá financiación para recapitalizar los bancos que lo necesiten.Fragilizados por su fuerte exposición a activos tóxicos inmobiliarios tras el estallido de la burbuja en 2008, los bancos españoles acumulaban a finales de 2011 unos 184.000 millones de euros de activos tóxicos.El Eurogrupo se declaró dispuesto a conceder una ayuda de hasta 100.000 millones de euros al organismo público español encargado de la reestructuración del sistema bancario, que después inyectará el capital en las entidades que lo necesiten.De Guindos se esforzó el sábado por dejar muy claro que la ayuda sólo concernirá al 30% de la banca española que está fragilizada y que el dinero tendrá que ser devuelto, aunque se desconoce en que plazo.Según fuentes próximas al dossier, citadas por El País, el préstamo se efectuaría con un interés del 3%, muy lejos del 6 que España que tendría que pagar si debiese acudir a los mercados en busca de ese capital.Madrid logra evitar así un plan de ayuda global que implique en contrapartida -como en los casos de Grecia, Irlanda y Portugal- nuevas medidas de austeridad en un país ya asfixiado por los constantes recortes. De verdad, al filo del precipicio¿Queda un minuto para la medianoche en Europa? Nos tememos que la política del gobierno alemán de hacer algo que sirve ya de poco y llega demasiado tarde corre el riesgo de provocar una repetición de la crisis de mitad del siglo XX, que la integración europea precisamente pretendía evitar.Nos resulta extraordinario que sea Alemania la que parezca no haber aprendido de la historia. Obsesionada con la inexistente amenaza de la inflación, da la impresión de que Alemania otorga más importancia al año 1923 (el año de la hiperinflación) que a 1933 (el año en que murió la democracia). A los alemanes no les vendría mal recordar que una crisis bancaria europea ocurrida dos años antes de 1933 contribuyó a la descomposición de la democracia.Llevamos más de tres años advirtiendo que Europa necesitaba limpiar los lamentables balances de sus bancos. No hicieron prácticamente nada. Mientras tanto, se está extendiendo el pánico entre los bancos de la periferia de la Eurozona.La estrategia actual de recapitalizar los bancos a base de que los Estados pidan prestado a los mercados nacionales de bonos -o al IEEF- resultó desastrosa en Irlanda y Grecia. Los alemanes deben comprender que la recapitalización bancaria, el seguro europeo de depósitos y la mutualización de la deuda no son opcionales. Son medidas esenciales para evitar una desintegración irreversible de la unión monetaria europea. Si todavía no están convencidos, deben entender que los costos de la ruptura de la Eurozona serían astronómicos para Alemania tanto como para el resto del mundo.Europa debe demostrar que ha aprendido las lecciones del pasado. La UE se creó para no repetir los desastres de los años 30. Ya es hora de que los dirigentes europeos sean conscientes de que están peligrosamente cerca de caer en ello.Fuente: La Nación.com.ar





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