Mucho se habla de energías alternativas, principalmente de aquellas equivalentes al concepto de energía verde; históricamente alrededor del mundo la fuerza de los ríos, principalmente los de zonas serranas, donde las aguas, aunque escasas, bajan veloces, se utilizó para mover piedras de moler granos o para el trapichado de oro u otras materias primas; pero también los serenos, pero profundos, caudales de llanura, como el Paraná, pueden utilizarse para producir energía recurriendo a la hidrocinética, es decir, aquella que se genera a partir del movimiento de líquidos.Los estudios para aprovechar las mareas, la corriente de los ríos de montaña, de los canales de riego o los cursos de llanura aparecen como un desprendimiento sobre energía eólica, o sea, aquella que se produce por efecto del viento. La tecnología hidrocinética describe la capacidad de producir energía renovable de cero emisiones mediante la circulación de agua. A diferencia de las tradicionales energías hidroeléctricas, que requieren de un embalse de agua para lo que se construye una gran presa, no son necesarias mayores infraestructuras, eliminando efectos secundarios negativos para el medio ambiente y la vida marina.Países como Estados Unidos, China y Corea instalaron incluso turbinas que pueden ser denominadas ecológicas, pues su dimensión, ángulo y distancia entre las paletas permiten el paso de peces y fueron probadas para diferentes finalidades, entre ellas, plataformas marítimas, donde producen electricidad usada para la electrólisis del agua para abastecer hidrógeno y oxígeno, y en la producción de electricidad para suministrarla a propiedades rurales.Un proyecto de generación hidrocinética en ríos o canales controlados consta generalmente de varias turbinas, dependiendo de la capacidad que se requiere instalar. Usualmente se pueden ubicar en series de hasta diez unidades. En cada unidad las turbinas están conectadas a un generador eléctrico y todo esto va montado sobre soportes laterales que fijan la unidad a los extremos del canal; que puede ser cualquier lugar donde haya movimiento de agua, ya sean ríos, canales artificiales y hasta en corrientes marinas, siempre y cuando el área sea suficiente para que el diámetro completo de la hélice, que posee una protección para evitar que los animales se lastimen con las palas, quede sumergido bajo el agua.En MisionesEl ingeniero Hugo Brendstrup, de Invap Sociedad del Estado, una empresa fundada en la década de 1970 a partir de un convenio firmado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA) y el Gobierno de la provincia de Río Negro, con sede central en San Carlos de Bariloche, abocada al estudio de generación de energía a partir de turbinas hidrocinéticas, comentó a Primera Edición que: “Pensando en el importante potencial del río Paraná, Gualeguay, Paraguay, Uruguay y otros de la zona sería interesante diseñar y construir un prototipo de tamaño razonable, especialmente adecuado para las condiciones específicas para esos ríos, que presentan un importante potencial”.En cuanto al diseño de las turbinas, agregó que “habría que definir cuales son los sitios candidatos para su instalación y analizar sus características, confirmar la velocidad de la corriente de diseño, relevar las profundidades, estudiar la forma de fijación más conveniente de la turbina, las protecciones necesarias para evitar daños a la máquina por sólidos que puedan venir en la corriente, eventual presencia de algas, otro tipo de ensuciamiento, erosión, y hacer un primer análisis de factibilidad ambiental”. “El potencial de la zona sin lugar a dudas es importante, pero hay que tener en cuenta que una turbina hidrocinética “grande”, digamos de 1 MW de potencia, va a requerir una profundidad de no menos de 18 metros”, manifestó Brendstrup; mientras que desde Prefectura Naval Argentina confirmaron a este diario que el río Paraná cuenta con ese nivel en prácticamente todo su recorrido por la provincia.Para ríos de llanura como los de la provincia probablemente la turbina más grande “no podría superar los 500 KW (o sea 0,5 MW) de potencia unitaria. Por lo tanto estamos hablando de proyectos de generación eléctrica distribuida, que podría contribuir significativamente a nuestra matriz eléctrica con un aporte interesante de energía renovable y limpia”, señaló el ingeniero.Los costosPara dar una idea de los costos de esta tecnología, desde Invap presupuestaron: “una turbina hidrocinética de una potencia de 1 MW está en el orden de los 2,2 a 2,4 millones de dólares, es decir, unos 2.200 a 2.400 dólares por KW instalado, similar al costo de inversión de los aerogeneradores, pero con la ventaja de que permite un factor de utilización (o factor de capacidad) significativamente mayor (85% para la hidrocinética contra 40 para la eólica)”.





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