BRUSELAS, Bélgica (diario El Mundo y AFP). Después de casi tres horas de conversaciones sobre el rescate de la banca española, los ministros de Finanzas de la Zona Euro llegaron a un acuerdo: se aportará una ayuda máxima de 100.000 millones de euros, sin imponer condiciones de política económica al gobierno de Rajoy, según indicaron a ELMUNDO.es fuentes próximas a la reunión.Las condiciones se centran exclusivamente a la banca española. Entre otras incluye una limitación en la política de dividendo y en la remuneración de los directivos.Según fuentes europeas, la propuesta inicial contempla un monto más bajo -de en torno a 70.000 o 80.000 millones- pero se fija un colchón adicional hasta completar el tope por si las cifras resultantes de los estudios que ha encargado el Ejecutivo español elevan la factura.La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, también ha participado en la teleconferencia.“Estamos hablando de uno de los rescates financieros más grandes de la historia”, se dijo en la reunión. En el programa de asistencia a Irlanda la parte destinada a recapitalizar los bancos ascendió a 35.000 millones, mientras que en Grecia y Portugal se prestaron para este fin 24.000 y 12.000 millones, respectivamente.Antes de pedir el préstamo, el Gobierno español se aseguró de que las condiciones no incluyeran un ajuste macroeconómico y que la supervisión y el control de la eurozona sólo se centran en el sector financiero. En este sentido el director gerente del fondo de rescate (FEEF), Klaus Regling, ha advertido de que “todas las ayudas van unidas a una condicionalidad apropiada”.Horas antes, el FMI daba a conocer su informe sobre el sistema financiero español en el que calcula que la banca necesitará entre 37.000 y 80.000 millones de euros.La agencia de calificación Moodys advirtió que la difícil situación de Grecia y España podría implicar la degradación de las notas crediticias de varios países de la Eurozona, incluyendo los que tienen la máxima (AAA), como Alemania.Debilitados por su alta exposición a la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008, los bancos españoles acumulan en sus balances unos 184.000 millones de euros en activos problemáticos hasta finales del 2011, es decir un 60% de su cartera.En las últimas semanas, los mercados financieros han mostrado su desconfianza con España, pidiéndole intereses cada vez más elevados para prestarle dinero. Los inversores internacionales retiran fondos y los españoles colocan su dinero en el exterior.El país, privado de uno de sus motores de crecimiento, la construcción, oscila desde 2008 entre la recesión y un crecimiento débil, mientras crece el desempleo.A eso se le suma el creciente temor entre los inversores de que una eventual salida de Grecia del euro provoque un efecto contagio y precipite la huida de depósitos de los bancos.





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