BUENOS AIRES (NA). “Tenemos, por un lado, el dolor de la pérdida. Pero por otro, la paz de haber conseguido que cese el encarnizamiento terapéutico y la esperanza de que habrá un reencuentro”, dijo Selva Herbón, la mamá de la pequeña Camila, de tres años, quien murió luego de haber estado todo ese tiempo conectada a un respirador, con una encefalopatía crónica.El viernes al mediodía se dispuso retirar el soporte vital por pedido de sus padres, luego de que el 9 de mayo el Congreso aprobara la denominada Ley de Muerte Digna, precisamente a partir de algunos casos puntuales, entre ellos el de Camila, internada desde que nació.Su madre, a través de su cuenta el Facebook, expresó: “Camila, nuestro ángel, partió”, para dar a conocer de esa manera el fallecimiento de su hija menor, que había nacido el 27 de abril de 2009 en una clínica de la localidad de Monte Grande, con diagnóstico de una encefalopatía crónica no ovolutiva.“Nos dejó huellas”Tras dar a conocer la noticia, la madre de Camila dijo que tienen la decisión de llevar el domingo las cenizas de la pequeña “a Uribelarrea, a un hermoso santuario de Nuestra Señora de Luján”.Remarcó, en declaraciones al diario Crónica, que la familia ahora se siente “bien, tranquila, pero a la vez hay un sentimiento extraño. Es una mezcla de sensaciones difícil de explicar”.“Por un lado, el dolor de la pérdida. Pero por otro, la paz de haber conseguido que cese el encarnizamiento terapéutico y la esperanza de que habrá un reencuentro”, añadió la mujer, que había pedido a autoridades y legisladores la sanción de la Ley de Muerte Digna, que finalmente se concretó este año.En tanto, en su cuenta de Facebook, agregó: “Gracias a los médicos que pudieron interpretar el sentido de la ley nacional de derechos de los pacientes. Gracias al esfuerzo de todos los que se conmovieron y desde su lugar pudieron acompañarnos en este proceso de dolor y lucha incansable. Camila nos dejó huella. Hoy nuestras oraciones son por ella, por nuestra familia y por todos ustedes. Infinitas gracias a todos”.Obstinación terapéutica El caso de Camila conmovió al país y fue uno de los que agilizó la aprobación de la Ley de Muerte Digna. El año pasado, la mamá de la pequeña, Selva Herbón, escribió una carta a la presidente Cristina Fernández el Día de la Madre para pedirle que agilizara el proceso legislativo para el tratamiento de la ley. Acompañó esta misiva un poema sobre Camila escrito por su papá, Carlos Sánchez. En esa oportunidad, la mujer redacto a la primer mandataria: “Hace dos años y cinco meses que este dolor nos acompaña; debo ver a mi hija de a ratos, con su cuerpito lacerado por sondas y cánulas, por quemaduras, por el insistente accionar de la tecnología utilizada en medicina en una demostración clara de obstinación terapéutica que lleva al encarnizamiento del cual es víctima mi bebé. Es entonces que le pido que me ayude en este dolor, que no sólo es mío, sino de una parte de la sociedad que sufre situaciones tan extremas como la de tener un familiar en situación de salud irreversible”.Selva Herbón recibió el acompañamiento de la Iglesia, “el monseñor Jorge Bergoglio acompañó nuestro pedido de limitar el esfuerzo terapéutico, inútil en este caso”, recordó. Esta mamá fue una de las impulsoras de la Ley de Muerte Digna y su presencia en la Legislatura Nacional inspiró el respeto y comprensión de su lucha por parte de muchos argentinos.





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