POSADAS. El pedido de oración para incrementar la cantidad de sacerdotes y monjas forma parte de un ritual en la Iglesia Católica. Y, en el caso de Gervacio Silva (30), Dios escuchó las oraciones y lo llamó a servir. Silva nació en Apóstoles el 9 de marzo de 1982 y a los 18 años “sintió el llamado” que lo llevó a ingresar al seminario Santo Cura de Ars en Posadas y ordenarse sacerdote en 2010. Hace cuatro meses, fue enviado junto a otro sacerdote de la Diócesis de Posadas a continuar sus estudios en Roma. Desde allí, y en una nota exclusiva con PRIMERA EDICIÓN, contó su historia. Silva tiene una forma especial de ayudar a sus hermanos, utiliza la red social Facebook como medio para que, los que lo deseen, puedan pedir intenciones que él después lee en la misa que oficia cada día en Roma. Asimismo, Gervacio comparte por “Face”, capítulos y versículos de la Biblia como una manera de llegar a los fieles. El sacerdote explica que desde muy joven sintió el llamado de Dios a servirlo. “Me di cuenta de que Dios me llamaba a consagrar mi vida al ministerio sacerdotal a los 18 años cuando estaba comenzando la universidad. Cursaba en ese momento la licenciatura en Bromatología en la Universidad Nacional de Entre Ríos, en la ciudad de Gualeguaychú. De camino a la universidad, siempre pasaba por la catedral y me quedaba rezando frente a Jesús que estaba en el sagrario. Fue ahí frente a Jesús sacramentado donde empecé a sentir el llamado vocacional. Mi familia es una que cuenta con una gran fe heredada de mis abuelos, que a su vez les fue transmitida a mis padres y ellos a su vez se encargaron de transmitírnosla a mis hermanos y a mí. Es por eso que desde un primer momento sentí el acompañamiento y cercanía de mis seres queridos. Ellos comprenden que en seguimiento de la vocación se juega la felicidad del ser humano. Por eso no dudaron en acompañarme en esta búsqueda que día a día se fue confirmando. Dios me llamaba a ser sacerdote”, contó.Fue así como ingresó al seminario Santo Cura de Art y “fui ordenado sacerdote el 12 de febrero de 2010 junto a dos amigos: el padre Julio Centurión, quien se desempeña como formador en el seminario diocesano Santo Cura de Ars y el Padre Alonso Freiberger, quien es en este momento se encuentra también aquí en Roma cursando la licenciatura en teología moral”, dijo. Silva cursa una licenciatura en Sacra Teología, concretamente una especialización en Cristología.En tanto, también oficia misas diariamente en Roma y por medio de la red social Facebook le ofrece la oportunidad a quienes deseen de escribir sus peticiones para cuales quieren que se ore. “La eucaristía es parte de la vida del sacerdote y nosotros tenemos necesidad de celebrarla diariamente. Es por eso que de manera cotidiana la celebro en la comunidad donde vivo junto a doce sacerdotes. También celebro la Eucaristía los fines de semana en una Iglesia muy antigua de la ciudad de Roma que se llama San Francisco de los Estigmas. Muchas personas me envían sus intenciones a través de Facebook. Y me parece un lindo gesto. Porque demuestra la gran conciencia que hay en el pueblo de Dios de que somos comunidad, de que somos hermanos y que la unidad que existe entre los diferentes miembros de la comunidad muchas veces se demuestra en la oración de unos por otros.La gran mayoría me pide que rece por sus familias, por la salud de algún familiar, por la paz de la familia o por trabajo, luego en cada misa que celebro, o cuando estoy rezando frente al santísimo, tengo presente las intenciones por la que me pidieron que rece”, indicó.Asimismo explicó que “en este sentido considero que la red social es otro lugar a través del cual se puede transmitir el mensaje del Evangelio, de hecho que el papa Benedicto XVI en su mensaje para la 46º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales pidió considerar ‘con interés los diversos sitios, aplicaciones y redes sociales que pueden ayudar al hombre de hoy a vivir momentos de reflexión y de auténtica interrogación, pero también a encontrar espacios de silencio, ocasiones de oración, meditación y de compartir la Palabra de Dios’”. ¿Cómo nos ven los italianos?Silva contó cómo ven los italianos a la Argentina: “Creo que aquí tienen una linda mirada de la Argentina, en cuanto país la Argentina aparece como el lugar que abrió sus puertas para recibir a los italianos que en tiempos muy duros buscaron en la Argentina el refugio y el hogar que la guerra y la miseria les habían robado. De la misma manera la Iglesia, Pueblo de Dios que peregrina en la Argentina es vista con esperanza desde Roma. En una Europa culturalmente marcada por frío trato en las relaciones humanas, la calidez que se vive en la Argentina respecto al tratarse fraternalmente llama mucho la atención por aquí. Sobre todo en las cuestiones más sencillas del día a día como puede ser un simple saludo cordial”.





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