POSADAS. Luego de la traumática experiencia que vivió junto a su familia en la mañana del domingo, cuando un grupo de delincuentes armados irrumpió en su vivienda y lo tomó de rehén junto a su esposa y su hijo de diez años, el abogado Julio Gottschalk (49) volvió a dialogar con este medio y, mucho más tranquilo, aseguró que el episodio marcó un antes y un después en su vida.“Evidentemente ya no podemos vivir en Posadas como antes. Vivo acá desde que nací, pero desde ahora todo va a ser distinto. Vamos a tener que adaptarnos a las circunstancias”, confió ayer el prestigioso letrado a PRIMERA EDICIÓN, consciente de que su vida tiene “un antes y un después” luego del atraco.En la mañana del domingo, tres delincuentes armados sorprendieron a la familia en su vivienda de Quaranta y 127. Después de golpear y encañonar a la mujer y al hijo, obligaron a Gottschalk a conducir hacia su estudio por más dinero. El abogado logró liberarse al chocar intencionalmente frente al Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional I, sobre la avenida Uruguay.“Estábamos acostumbrados a ver casos como estos en las noticias de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires; todos esos grandes centros urbanos, pero es evidente que esto está sucediendo acá y ahora”, reflexionó Gottschalk, consciente de que “tuvimos mucha suerte porque, si bien lastimaron a mi mujer, no pasó de ahí”.El abogado recordó que los ladrones “actuaron de manera muy violenta, siempre apuntando a la cabeza”, reconoció que se trató de “una situación extrema” y contó qué fue lo que le pasó por la cabeza para chocar frente al edificio policial: “Algo había que hacer, los dos delincuentes que me acompañaban estaban armados, uno sentado al lado mío y otro atrás. Yo no sabía si entregándole el dinero se iba a solucionar todo. Incluso, quizá podrían pensar que no era suficiente y se iban a poner más nerviosos. Por eso en ese momento creí conveniente hacer lo que hice”.Tras el choque, Julio corrió hacia el interior del Comando Radioeléctrico gritando por ayuda. Mientras, los delincuentes huyeron a la carrera del lugar y, según los supuestos, avisaron por mensaje de texto al cómplice que había quedado en la casa con la familia.“Creemos que recibió un mensaje de texto que le decía que tenía que irse. Ahí, él le pidió a mi mujer a los gritos que le abra para irse”, rememoró. El delincuente ganó la calle y se dio a la fuga desesperado, con el control remoto del portón en la mano.Después del violento asalto, Gottschalk reconoció que no fue fácil volver a conciliar el sueño y aseguró que la familia lo hizo “con mucho más cuidado, con los recaudos del caso, con más atención y control” y que en los próximos días analizará varias alternativas para aumentar el grado de seguridad de su casa.Por último, Gottschalk se dirigió a la sociedad misionera en general y pidió “que tengamos cuidado y realicemos todas las diligencias necesarias, tanto las que corresponden a la ciudadanía como a la fuerza policial, a la Justicia y al resto de las autoridades, para que hechos como estos no se vuelvan a repetir, antes de que haya que lamentar una víctima fatal”.En ese sentido, bregó porque finalmente se detenga a los autores del violento asalto para que “paguen por lo que hicieron”. A declarar y, después, a rueda de reconocimientoDespués de la detención de los tres sospechosos, fuentes cercanas a la investigación del caso aseguraron a este medio que en las próximas horas prestarán declaración ante la Justicia.En ese sentido, los tres serían trasladados a primera hora de hoy desde sus lugares de detención hacia el Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, sobre calle Santa Fe de Posadas, donde serán indagados por el magistrado Marcelo Cardozo, al frente de la investigación.Se trata de “El Correntino” (30), “El Tucumano” (53) y “Perla Negra (42), quienes fueron apresados a última hora del domingo en un allanamiento realizado en el barrio 90 Viviendas de Garupá, sobre avenida Las América.Fuentes informaron que tanto “El Tucumano” como “Perla Negra” -oriundo de Misiones, los otros dos, de las provincias a las que refieren sus apodos- fueron investigados en su momento por el secuestro de Cristian Schaerer, el joven correntino secuestrado el 21 de septiembre de 2003 en la provincia vecina.Incluso, en la mochila que llevaba “El Tucumano”, los detectives hallaron una constancia de que ese individuo había sido liberado tras ser detenido por aquel episodio.En la vivienda de Garupá, la Policía incautó 1.100 pesos de dudosa procedencia y que podrían ser falsos, junto a los teléfonos celulares de dos de los detenidos. Curiosamente, ninguno de los aparatos tenía “chip”, más allá de que habían quedado registrado llamadas desde y al celular que se le cayó a los ladrones en el auto de Gottschalk.En tanto, “El Tucumano” no tenía teléfono celular al momento del allanamiento, aunque en su mochila los uniformados hallaron la batería de uno de estos aparatos. Todo indica, entonces, que los tres se deshicieron -de los “chips” o, en este último caso, del aparato- para evitar ser vinculados con el asalto.Luego de ser indagados por Cardozo, previos trámites de rigor, los tres pasarán a una rueda de reconocimiento en la que estarán presentes las víctimas. “Estoy en condiciones de reconocerlos, los recuerdo bien. Vamos a aportar lo que sea necesario para que esto no vuelva a ocurrir”, dijo ayer Gottschalk, protagonista del procedimiento junto a su familia.





Discussion about this post