CAQUETÁ, Colombia (AFP y Agencias). Aprovecharon el cese de operaciones del Ejército y participaron de los festejos. Pese al enojo de otros medios, la cadena venezolana Telesur transmitió en vivo.La liberación del periodista francés, el miércoles, tras más de un mes de cautiverio, dejó a la guerrilla colombiana en una posición de poder. Las FARC eligieron el lugar: el municipio de San Isidro, en Caquetá, al sur del país.Allí, los guerrilleros se mueven a sus anchas. Dominan el lugar prácticamente sin controles militares. De hecho, cada vez que el Ejército se abalanza en la zona, los duros enfrentamientos terminan con numerosas muertes. Las liberaciones unilaterales anteriores se hicieron bajo estrictas medidas de seguridad que impusieron las FARC. Se hacían rápidamente, el lugar de entrega era secretísimo y, una vez que se concretaba, la guerrilla huía del punto de encuentro para evitar ser rastreada por el Ejército. Es más, si por algún imponderable la comitiva humanitaria debía cambiar algún procedimiento ya firmado en el protocolo acordado, peligraba la misión. Ninguna de estas máximas se aplicó en la liberación de Romeo Langlois. Un día antes de la entrega, el pueblo de San Isidro ya estaba preparando los festejos. Todos sabían que el reportero de France24 pasaría por allí. Todos sabían que la misión humanitaria -con miembros de la Cruz Roja Internacional, la destituida senadora Piedad Córdoba (que tuvo un amistoso encuentro con “Jairo Martínez”, un histórico jefe guerrillero) y el enviado del Gobierno galo pasarían por allí-. Cientos de pobladores recibieron a todos los invitados. Organizaron un multitudinario asado (mataron siete vacas para la ocasión), se sacaron fotos con los forasteros y vivaron la llegada del reportero. Señal de que nada fue como solía ser, horas antes de que Langlois -por fin- estuviera en libertad, se habló de la posible intervención de un helicóptero privado porque las carreteras en el sur del país estaban en mal estado. En cualquiera de las otras entregas unilaterales, estas especulaciones no contempladas en los protocolos acordados para la liberación hubieran terminado en una tragedia. Para las FARC, el sólo temor a una emboscada es razón suficiente para ejecutar al rehén y abandonar la zona de peligro. Como si fuera poco, el show contó con transmisión en vivo de Telesur. La cadena de noticias, al transmitir, colaboró con la guerrilla en concretar el objetivo, el show. Las imágenes sí confirmaron una realidad: en esa zona reinan las FARC. En las imágenes, los hombres de uniforme verde que secundan a Langlois y a los enviados humanitarios son todos guerrilleros.





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