POSADAS. Llevan casados 34 años. Será por eso que las miradas significan mucho más que las palabras en la vida de Tono Bacigalupi y Laura Berra. Y para ambos, las acciones valen mucho más que las palabras. Bajo esta consigna, esta pareja de docentes incansables, padres de tres hijos y con cuatro nietos, no pone descanso a la tarea solidaria de ayudar a las entidades de bien público que, de otro modo, no conseguirían financiar sus actividades. Cocinan paella y arroz a la valenciana, sin cobrar un centavo por ello. Y no empezaron ayer, sino hace veinte años, cuando el club de sus hijos, el Pira Pytá, necesitó una pileta cubierta climatizada que costó unos ocho mil pesos (cuatro mil la caldera y otra cifra similar el tinglado).Después siguieron con niños y adultos que necesitaban juntar fondos para operarse por falta de asistencia estatal. Y hoy ayudan a los Leones, Centro del Ciego, Damas de Misiones, Lalcec, iglesias y otras entidades sin fines de lucro.Pero en la vida de los Bacigalupi no todo fue felicidad. En 2010, un 16 de enero, perdieron a su hijo Mauro cuando rescataba a participantes del cruce del río, en lo que luego se denominó “la tragedia del Paraná” al morir ocho personas. Laura y Tono les siguen poniendo el hombro a los más necesitados, a pesar de que ellos necesitan cada vez más apoyo para conseguir justicia por Mauro.Aprender a cocinarTono Bacigalupi ríe a carcajadas cuando recuerda cómo aprendió a hacer paella y arroz a la valenciana. Aparecieron “Carlitos” Flores (presidente en los 90 de la comisión de natación del Pira Pytá), “Cacho” González y el maestro Galindo que les enseñó a hacer la primera paella. Para Laura aprendieron por “la necesidad de que nuestros hijos hagan deporte amateur”. Pero gracias a ello, viajes y equipos para las competencias se compraban con las comidas. Así el club tuvo campeones y subcampeones mundiales e integrantes de equipos olímpicos.Las paelleras son obra del taller del Instituto Janssen, en el que Tono trabajó 32 años, gracias a la voluntad de Arturo Yawny, que creó hasta la cocina para trasladar.Desde entonces, no hay fin de semana sin hacer solidaridad. “Él le decía a todos que sí!”, recuerda Laura para revelar que de viernes a domingo, había que cocinar “Viernes baile de SADOP, el Hogar Santa Teresita. Seguro que sábado y domingo teníamos alguna”, recuerda Tono para destacar entre risas: “Con las Damas de Misiones, el 90% eran mis profesoras. Me decían: ‘Mirá que eras vago’”.Para preparar las comidas, Bacigalupi pide que los ingredientes se los dejen horas antes, “al menos en la siesta anterior entonces sacamos la piel al pollo, cortamos las verduras a veces hasta la madrugada. Al otro día, me levanto a las cinco para cortar las rabas y después nos vamos a cocinar”. Es que ya les pasó de haber recibido sobre la hora pollos en mal estado y chauchas pasadas que las organizaciones recibían como donaciones.Con el correr de los años, la paella de los Bacigalupi fue mejorando. “En el sentido que es más sana. Cualquiera puede comerla. Le sacamos la piel al pollo, el arroz tiene que ser parbolizado”, destacó Laura a lo que su marido agregó: “Y un poquito más de vino le da otro sabor”.En las reuniones sociales y familiares, no hace falta pensar en quién va a cocinar y cuál es el menú. “En la familia, con los profesores de educación física de Santa Fe y Misiones, terminamos haciendo paella o arroz a la valenciana”, contaron. Según Laura, “lo hacemos para divertirnos, pero si encima hacemos una obra de bien, mejor”. Con la práctica y la cada vez mejor calidad, nunca pensaron en convertirlo en un emprendimiento económico. “Nos dijeron, hagan por lo menos una vez al mes, pero todo lo que sea comida, te ata” piensa Laura en voz alta.A pesar del golpe que significó la pérdida de su hijo Mauro, el fin solidario sigue intacto. “Nos hace bien, nos ayuda muchísimo” afirma Tono a lo que Laura agregó: “Necesitamos hacer cosas para distraernos. Otra salida prácticamente no tenemos”.La familia El deporte tuvo y tiene mucho protagonismo en los Bacigalupi. Franco fue campeón del cruce del Paraná de muy pequeño. Su primo Rodrigo (hoy presidente del Colegio de Abogados de Misiones), fue campeón con récord de cruce en 19 minutos. Mauro era capaz de resistir hasta 50 metros bajo el agua. Incluso se destacó en el curso de guardavidas, sólo en el primer día rescató a 16 personas y ya era visible su perfil de héroe en las aguas. El taekwondo, fútbol, natación fueron grandes generadores de amigos. Al igual que la docencia.En la intimidad, los domingos, como en muchas familias, sigue siendo el día de encuentro de todos. Pero en la casa de los Bacigalupi, todo el tiempo hay familia. Hijos, nietos. “Aunque nos fuéramos de viaje, nuestros hijos se reunían igual los domingos en casa con sus amigos. Volvíamos y los encontrábamos acá”, destacaron como ejemplo de que el hogar sigue siendo el centro de reunión. En la vida del matrimonio de Laura y Tono están los hijos Luciana, Franco y Mauro. Los hijos, les dieron como nietos a Julián y Matías (hijos de Franco); Guadalupe (hija de Luciana): y Santiago Nicolás (Mauro).“Hoy, toda la atención esta en los nietos (…) No es que te ayuda a olvidar. Son el motivo de nuestras vidas”, afirmó la abuela Laura.“Santi”, que a los 25 días perdió a su papá, pasa mucho tiempo con los abuelos. “Tiene unas condiciones físicas increíbles” destacó Tono como buen profesor de educación física. Al niño lo destacan como “muy independiente”, parecido a su papá. “Le queremos dar muchas cosas porque no sabemos cómo lo hubiera criado Mauro”, confesó Laura.Ahora en la familia, hay un hijo funcionario. Franco asumió la Dirección de Seguridad Acuática de la provincia tras la tragedia del Paraná. “Mauro hizo el proyecto de ley. Los dos tenían en su profesión un objetivo. Y compartieron muchas cosas, pensando en dar soluciones. Franco está tan capacitado como Mauro. Después de todo lo que pasó, Franco va a tomar hasta el mínimo recaudo para las competencias (…) Nos dolió mucho que se dijera que a nuestro hijo lo habían comprado, ‘chupamedias de asesino’. Pero Franco les dijo a Prefectura y a (Dante) Pigerl que iba a seguir en la lucha. Las competencias de canotaje están un poco en contra de él por las exigencias. ¿Pero
qué les cuesta salir con los chicos con un gomón? Les ofreció incluso buscar gomones confiscados… Pero uno llegó a decirle ‘si querés seguridad pagala vos’”, contó Laura Berra, tratando de transmitir la necesidad de no perder más vidas en el río. Bronca, resignación, nunca rencorBien lo dijo Tono: “Los padres no estamos preparados para perder a un hijo”. Y el golpe fue duro. A esta familia maravillosa, todo les cambió desde el 16 de enero de 2010. Entonces, el río Paraná, la negligencia, la inseguridad se llevó la vida de Mauro, cuando rescataba a parte de los participantes del cruce trágico entre Encarnación (Paraguay) y Posadas. Tono y Laura se despidieron “hasta mañana” con un beso de su hijo el día anterior a la tragedia. “Estamos en un momento en el que seguimos esperando que vuelva Mauro”, dijo Tono para revelar: “Soñé dos veces con él. La última vez me llamaba para que busquemos a Santi. Me levanté pensando que él estaba en casa”. A Laura la mantiene la esperanza de que “algún día nos vamos a volver a encontrar”.Entre lágrimas de madre, las que contagian, resumió todo: “No soy de acá. Hace 36 años que estoy en Misiones. Re felices hasta el 16 de enero de 2010. Ahora, tratando de seguir… Franco vino de casualidad en el viaje de bodas. Luciana fue la inesperada y Mauro el más buscado, que nació en esta casa. Los chicos no se merecen que ya no tenga más ganas de nada. Él (por Tono) tampoco, pero ya no voy a volver a ser la que fui. Hoy día me da bronca, pero no me pregunto por qué. No lo hago porque sino te quedás loca. Nos tocó vivir lo que menos pensamos”. Luego recordó que perdió a su padre cuando tenía 13 años. “Cuando Franco cumplió 13 años yo dije ‘estoy viva!’ Cuando Luciana cumplió 13 años dije ‘estoy viva’. Cuando Mauro cumplió 13 años también dije ‘estoy viva!’ Nunca me voy a resignar. Si tenés tres hijos, tenés tres lugares en el corazón y ese lugar no lo podés llenar. Se lo extraña mucho”, contó con profundo dolor.Justicia lentaSobre la lentitud del accionar judicial, pidió “que se investigue. No quiero culpables, quiero responsables. Saber lo que pasó para tener un poquito de tranquilidad. A 28 meses estamos lejos, nosotros sabemos quiénes son los responsables. Se están demorando las cosas. Pensábamos que este año íbamos a tener juicio oral. Pero se dilata y se hace difícil mantenernos”.Sobre el accionar de la Prefectura aseguraron que fue “muy irresponsable. Autorizaron la prueba de aguas abiertas. El río ya estaba crecido. Estaba cerrado el puerto y lo habilitan. Tres veces llamaron para que se apuren en largar porque se venía la tormenta”. Tono recordó que en la búsqueda, “cuando nos dijeron que buscáramos en la zona paraguaya de San Cosme y San Damián, llamamos a la Prefectura para ver si no había alguna lancha por ahí. Y el que nos atendió nos dijo: ‘¿Y eso dónde queda?’. Supimos después que muchos hacía pocos días que estaban en la provincia”. Sí destacan la apertura y apoyo de Paraguay de liberar el río para la búsqueda y la ayuda incluso de empresarios de la vecina orilla en el rastrillaje.Laura pasó por varios estados emocionales desde el hecho hasta hoy. “Al principio sentí bronca, contra él (por Mauro), yo decía ‘es un pelotudo’. Después desesperación por encontrarlo. Después de once días resignación. Pero nunca rencor”.Sienten ambos falta de apoyo en las marchas. “Aunque seamos nosotros los padres en las marchas vamos a seguir. Le pasó a la señora Boldú que llegó a tener una marcha y eran seis. Uno es consciente que a veces no se puede por trabajo o los horarios de descanso. Pero en las últimas marchas la gente se paraba en el centro a aplaudirnos”, dijo Laura. Finalmente, destacaron la figura del padre Alberto Barros de la catedral posadeña “Nos ayudó mucho Beto”, dijo Tono. “Si él no hubiera aparecido en el puerto, no se qué hubiera sido de mi vida. Él fue muy importante”, dijo Laura.A pesar de todo, de la muerte, Laura y Tono cerrarán la entrevista destacando: “Nos sentimos muy queridos, se preocupan muchos por cómo estamos. Todas esas cosas te quedan, pero no te llenan”. Manos solidariasPor: Electra NaniPresidente de ACiLCEC LalcecDos corazones solidarios. Tono y Laura Bacigalupi siempre tienen un “sí” para acompañar nuestro objetivo de prevenir el cáncer. Hay que destacar que se trata de una pareja de profesores de educación física, que han tenido la genial idea de utilizar sus manos haciendo, desinteresadamente, paellas solidarias, sin dejar de cumplir su rol de padres, abuelos y docentes de alma. Venida ella de la provincia de Santa Fe y él oriundo de Misiones (familiar de los dueños de la antigua Foto Satorra), integrados con mucho cariño a la sociedad posadeña y cumpliendo un rol muy cálido como es el de trabajar en bien de toda la comunidad ayudando a las instituciones voluntarias,como la nuestra y manteniendo siempre una actitud humanitaria. En nuestra asociación, siempre tendrán un GRACIAS, gigante, como sus corazones, por la ayuda desinteresada. ´Realmente notablesPor el padre Alberto BarrosConocía a los Bacigalupi por alguna misa compartida, algún encuentro, algún pequeño diálogo. Pero los empecé a conocer de verdad a partir de ese día tan doloroso para ellos, para las familias y amigos de nuestros ocho hermanos fallecidos en la tragedia conocida como “del Paraná”. Tragedia que hizo suya toda la sociedad posadeña desde una solidaridad admirable. Aunque parezca extraño, es en el dolor donde muchas veces aparecen los sentimientos más profundos del alma humana. En ese dolor fui descubriendo la enorme riqueza humana y espiritual de Tono y Laura, su inquebrantable esperanza en los días de búsqueda, su fortaleza en el dolor y la angustia, la serenidad en la impotencia frente a un drama que no se podía modificar, la solidaridad sin límites, la alegría de saberse padres y educadores de un hijo, Mauro, que se fue al cielo dando su vida para que otros tengan vida en esta tierra (de tal palo, tal astilla !!), su perseverante lucha por la justicia, para que la cobarde impunidad sea derrotada por la fortaleza y dignidad de la verdad. Descubrí dos personas con una capacidad de generosidad y deseos de hacer el bien, realmente not
ables. Desde hace más de dos años nos vemos infaltablemente en la misa del 16 de cada mes para rezar por los que ya están felices con Dios. Y también en muchas otras oportunidades. Y por supuesto entre paellas y arroz con pollo que con exquisita bondad y calidad hacen para acontecimientos solidarios y comunitarios, como lo han hecho varias veces en la Iglesia Catedral. Y es un gozo seguir descubriéndolos, rodeados del afecto y reconocimiento de sus seres queridos, amigos y de ese nietito que Mauro les dejó como herencia y que tuve la alegría de bautizar. Con tiempo para ayudarPor: FrancoBacigalupi. Con todo esto, he visto que mis viejos envejecieron años, como que llevan una mochila gigante que es haber perdido un hijo. Y así y todo siempre tienen el tiempo para ayudar a alguien, es lo que siempre nos enseñaron: dar la mano sin esperar lo mismo del otro. Siempre lo decía Mauro. Hoy, me sorprendo cuando los veo pidiendo justicia por Mauro, por su hijo, siempre con respeto y una lágrima en sus ojos. Con Mauro se fue una parte de nuestra vida, y es difícil ver que un hijo se va primero. Cuando creemos que lo natural es que se vayan los viejos y los hijos los despidamos. Con Mauro perdimos muchos proyectos, muchas risas que jamás volverán, abrazos que no se sentirán… Y hoy veo a dos personas que solo quieren saber qué pasó y que la muerte de su hijo que fue un héroe, no sea en vano. Hoy sé que mis viejos sufren más de lo que yo puedo ver, que no hay día que no piensan, que hay momentos que ven a Santi (el hijo de Mauro) y es como verlo a él. Yo sé que a veces quisieran morirse, pero saben que estamos nosotros los hijos y nietos y se levantan por eso y que en el momento que alguien necesita de ellos, lo hacen con placer y sin pedir nada a cambio.Sólo puedo decir que los quiero mucho, que son un ejemplo de persona que no merecen sufrir tanto y que, yo, Luciana, Julián, Matías, Guadalupe y Santi los amamos mucho.





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