POSADAS. Representantes de las clínicas y sanatorios de Tucumán, Corrientes, Formosa, Distrito VII de Buenos Aires, Entre Ríos, sur de Santa Fe, Santiago del Estero, Salta y Misiones se reunieron ayer en esta ciudad para evaluar los costos de los servicios sanatoriales fijados por la comisión de costos de la Federación Argentina de Clínicas y Sanatorios (Confeclisa) y establecer pautas para la definición de nuevos aranceles. Por día, un paciente internado en una habitación común le cuesta al sanatorio 520 pesos, según estableció Confeclisa, basándose en los datos de referencia del Instituto Nacional de Estadísticas de Censo (Indec). El costo día/cama -técnicamente denominado unidad pensión- es mucho más elevado si el paciente está en terapia intensiva, donde asciende los 1.200 pesos diarios. “El problema es que lo que pagan las obras sociales públicas, privadas y sindicales no alcanza a cubrir el costo sanatorial de la prestación. Algunas obras sociales y prepagas se aproximan al costo y otras no cubren ni la mitad”, advirtió a PRIMERA EDICIÓN el presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios Zona Sur de Misiones, Luis De Haro. Precisamente, con este estudio de costos sanatoriales pedirán reabrir las negociaciones por aranceles con las obras sociales de todo el país. Relación costo y precio “No estamos hablando del precio del día/cama de internación, sino del costo para los sanatorios por lo que es lo mínimo que deben cobrar a las obras sociales para no tener déficit”, remarcó De Haro y añadió que “la salud pública es una sola, aunque los efectores pueden ser públicos o privados, estos últimos no tienen financiamiento de ningún tipo”.Encima, como los prestadores sanatoriales reciben aranceles inferiores al costo del servicio, el ajuste se evidencia en la falta de mantenimiento y actualización de la aparatología, en la reducción del personal, del honorario de los mismos e incluso en el incumplimiento en el pago de los aportes patronales, “en este momento hay muchos trabajadores de la sanidad que no pueden jubilarse por no tener al día sus aportes y contribuciones. La deuda con el Estado es tan abultada que, cuando se derogue la ley de emergencia sanitaria, muchos sanatorios irán a remate”, admitió De Haro.





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