PARÍS, Francia (AFP y Agencias). Más allá del éxito que tuvo Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, hay otras figuras que también quisieron acceder al poder.Durante la última década, una nueva generación de políticos de extrema derecha se ha establecido con éxito al frente de la escena política. Dan una imagen muy femenina para que los mensajes xenófobos no parezcan tan extremistas.Las “musas” de la campaña electoral de extrema derecha a veces consiguen buenos resultados. Y bien lo sabe Marine Le Pen, cuyo partido, el Frente Nacional, consiguió el 17,9% de los votos, un apoyo mejor que el que consiguió su padre en 2002. Pero Francia no es el único país en ostentar este tipo de personalidades. En Dinamarca, el nombre de Marine Le Pen es Pia Kjaersgaard. Bajo su liderazgo, el Partido Popular Danés se ha convertido, en apenas una década, la tercera fuerza más influyente en el país. En Hungría, Kristina Morvai es una de las figuras emblemáticas del partido nacionalista húngaro Jobbik (16% de apoyo en 2009).





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