El levantamiento del bloqueo en Cuba sigue siendo el principal escollo en la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Así se desprende de las palabras del ministro de Asuntos Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, tras la primera reunión formal entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países el pasado mes de julio.Las embajadas en Washington y La Habana están abiertas y las banderas ondean en lo alto de los mástiles, pero el Gobierno cubano cree que no ha cambiado nada respecto al embargo que “causa daños y privaciones al pueblo cubano y afecta a los intereses de los ciudadanos americanos”. Rodríguez calificó de “violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos” que afecta a las familias cubanas, incluidas las que viven en EEUU. Por eso, Castro volvió a reclamar ante Obama el levantamiento del bloqueo. O, en su defecto, que el presidente haga uso de sus facultades para “modificar sustancialmente” muchos elementos del bloqueo.Dadas las prerrogativas del inquilino de la Casa Blanca, el presidente cubano “recalcó la necesidad de profundizar el alcance” de las decisiones ejecutivas anunciadas el 18 de septiembre, explicó Rodríguez ante los medios una vez finalizado el encuentro. Fue tajante al subrayar que “no habrá normalización con bloqueo” ni “progreso en el proceso de normalización sin cambios sustanciales”. El encuentro bilateral entre Obama y Castro se celebró en la sede de la ONU, en Nueva York, a primera hora de la mañana (hora local) en un clima “respetuoso y constructivo”, según la delegación cubana. Tras la foto oficial, en la que ambos posaron muy sonrientes en contraposición a la de la tarde anterior entre Obama y Vladimir Putin, los mandatarios hablaron sobre la reciente visita del Papa antes de pasar a los asuntos bilaterales. Sobre todo, los pendientes. En el transcurso de la reunión quedaron patentes “algunas coincidencias y muy grandes diferencias” con EEUU, resumió Rodríguez. La mayor: el bloqueo, que determinará el ritmo del proceso de normalización de las relaciones.“Las decisiones ejecutivas tomadas hasta ahora tienen un valor muy limitado de alcance y profundidad […] y no tocan ningún hecho significativo”, señaló Rodríguez en respuesta a la pregunta sobre cómo avanzará el proceso.En este sentido, el ministro destacó que Obama se comprometió a “involucrase en un debate en el Congreso de EEUU” encaminado a poner fin al bloqueo.Con las elecciones presidenciales estadounidenses en el horizonte de 2016, Rodríguez reconoció que ésta es una “oportunidad para avanzar significativamente” en las relaciones de ambos países. El ministro sostuvo que había que aprovecharla para “favorecer el interés común de nuestro pueblo”. También destacó que es hora de que los estadounidenses puedan viajar a la isla. Una cuestión, apostilló Rodríguez, no bilateral sino relacionada con “las libertades civiles de los norteamericanos”. La delegación estadounidense fue parca a la hora de valorar el encuentro con los miembros del Gobierno cubano. Oficialmente, la administración Obama informó en un comunicado que el presidente había celebrado “el progreso realizado en el establecimiento de las relaciones diplomáticas”. También ha subrayado que más reformas en Cuba incrementarían “el impacto de los cambios regulatorios en Estados Unidos”. Obama también tocó uno de los temas que más incomodan a los cubanos al reiterar “su apoyo a los derechos humanos en Cuba”. En la rueda de prensa, Rodríguez se manifestó “orgulloso” de la trayectoria de Cuba en esta materia e incluso se refirió a la preocupación cubana por este tema en “el mundo, especialmente en Estados Unidos”.La delegación cubana también planteó en la reunión otros temas prioritarios. “La devolución del territorio que ocupa ilegalmente la base naval de Guantánamo en Cuba es un elemento de alta prioridad en el proceso de normalización entre los gobiernos, dijo Rodríguez.





Discussion about this post