POSADAS. El calvario de Claudelina Ayala (36) comenzó el fin de semana del 12 de septiembre. Mientras cumplía sus horas de trabajo como personal de limpieza en el Samic de Oberá, sintió un fuerte dolor en la pierna izquierda que, tras pasar varias veces por emergencias, le determinaron cinco días de internación en dicho nosocomio y el diagnóstico de un virus denominado estafilococo resistente. El sábado 12 de septiembre cumplía sus actividades como parte de una empresa tercerizada de limpieza en el Samic. “Me fui a tirar la basura y al momento en que levanté la bolsa, sentí un fuerte dolor en la pierna izquierda, pensé que me desgarré. Una compañera me llevó a Emergencias donde me atendió el médico de guardia, me dio un inyectable y me dijo que me vaya a mi casa”, contó Claudelina a PRIMERA EDICIÓN, desde la cama en la que se encuentra en el hospital Madariaga, donde pelea hace casi una semana por su vida. Después del inconveniente tuvo que quedarse a cumplir las dos horas que le faltaban para su salida. “Esa noche fui a mi casa y no pude dormir del dolor que sentía. Entonces, el domingo por la mañana volví a ir a la guardia porque el dolor de la pierna era insoportable. De nuevo me pusieron un inyectable y me volvieron a mandar a mi casa”, relató.Sin embargo, el dolor no cesaba y comenzaron a aparecer otros síntomas alarmantes. “En el camino de regreso le dije a mi hermana que me picaba el ojo y también la cabeza. A los diez minutos después de llegar a mi casa, se me hinchó toda la cara y las manos. Entonces volvimos al hospital y me pusieron dos sueros y volvieron a decirme que me vaya a mi casa. No quedé internada”, continúo.Pero continuaba mal. “Estaba toda hinchada, le pedí a mi mamá que llame a la ambulancia y me trajeron a la guardia y ahí empecé a vomitar. Eso es todo lo que me acuerdo, cuando me desperté, estaba internada en terapia intensiva y tenía una operación en la pierna izquierda: iba desde la rodilla hasta la cadera”. Traslado a PosadasEstuvo cinco días en terapia del Samic de Oberá, adonde le hicieron estudios que dieron como resultado un diagnóstico: un virus denominado estafilococo resistente. Sus familiares recurrieron a los médicos del nosocomio, quienes le dijeron que Claudelina tenía un “virus mortal”. Desesperados, comenzaron a tramitar el traslado al Madariaga de Posadas, que se concretó el viernes 18 de septiembre. En su internación en Posadas, los médicos le hicieron estudios y le sacaron sangre para hacer un cultivo y determinar cuál es el virus que tiene, con la intención de atacarlo directamente: hasta el momento, el mismo parece inmune a todos los medicamentos que le suministran. Todavía no recibieron los resultados.Pese a esto Claudelina dice que, después de varios días internada, comenzó a sentirse un poco mejor. “Ahora puedo hablar, porque antes no podía”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN. “Siempre fue una mujer sana, sin problemas, es increíble que ahora se debata entre la vida y la muerte”, agregó su hermana Graciela Ayala. SospechasClaudelina no sabe con exactitud cuál es la situación en la que adquirió el virus pero sospecha que se debe a su trabajo en el hospital Samic de Oberá, el que tiene desde hace dos meses, aproximadamente. Le aseguró a este Diario que, en la mayoría de los casos, no cuentan con la herramientas necesarias para trabajar ni los trajes indicados para llevar adelante la limpieza del lugar. Muchas veces desde enfermería le suministran guantes de látex, que no son los que deberían tener para trabajar. “Somos tres personas las que trabajamos por cada turno”, remarcó y aseguró que cobró 1.700 pesos en concepto de sueldo por el primer mes trabajado. “Los cobró mi hermana porque yo estaba en terapia intensiva”, relató.Sus hijos la esperanClaudelina tomó el trabajo en la empresa de limpieza después de que su expareja la dejara sola a cargo de sus cuatro hijos. El más grande tiene 16, le sigue uno de 15, un tercero de 5 y el último, un niño de 1 año y medio con diagnóstico de hidrocefalia. El padre de los tres primeros se fue a Buenos Aires y el del más chico también la abandonó. Así es como que ella tuvo que salir adelante y se buscó un trabajo para alimentar a sus hijos. Mientras Claudelina continúa internada, los chicos se encuentran con la abuela materna en su Oberá natal. Deberán estar con ella por un largo tiempo, porque los médicos ya le avisaron a Claudelina que para curarse deberá realizar un tratamiento que le llevará varios meses en el hospital.





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