El perito de Gendarmería que encabezó los procedimientos dentro de la comisaría Primera de Puerto Rico, tras la detención del oficial Miguel Rojas con poco más de cien kilogramos de marihuana, presuntamente sustraídos de la Sala de Armas de la dependencia policial, ratificó su labor ante el Tribunal Federal de Posadas que juzga la causa denominada “narcopolicías”.Alvaro Luis Claro (46) comandante de Gendarmería -hoy prestando servicio en Capital Federal- declaró este miércoles en la quinta jornada de debate y brindó detalles de los análisis realizados al teléfono celular de Rojas y al de los demás implicados en la investigación.El ex Jefe del Departamento Judicial de Gendarmería de Eldorado, sostuvo que “Rojas se mensajeaba con un usuario que tenía registrado como Merlos”, que se trataría de Oscar Javier Merlos, también policía de la seccional Primera y acusado junto a sus camaradas Pedro Fernando Betancur, Aníbal Sergio Benítez del delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, doblemente agravado” por realizarlo de manera organizada y por ser funcionarios públicos.Según Claro, en el celular de Rojas se leyeron mensajes de texto como: “¿Tenés la llave?”, “Vemos como hacemos para sacar, son muchos kilos y no podemos solos” o, como le habría dicho a Pedro Betancur: “Sacá del fondo que de adelante se van a dar cuenta”, en presunta referencia a robar los panes de marihuana que correspondían a una carga de cuatro toneladas incautadas en Ackermann, Capioví, en marzo de 2012.Claro fue consultado sobre el lugar donde se guardaba la droga en la comisaría y si le llamaba la atención la Sala de Armas. Sostuvo: “Lo lógico es que la droga sea guardada en un lugar alejado del alcances de terceras personas”, y no a menos de siete metros de la puerta de ingreso a la comisaría.Jefe de InvestigacionesTambién declaró este miércoles el oficial Luis Salazar, exjefe de Investigaciones de la Unidad Regional IV Puerto Rico. Relató que tras la detención de Miguel Rojas, el albañil Diego Rojas lo contactó y relató frente al entonces jefe de la UR IV, Aníbal Bernal, que el policía aprehendido por la Prefectura le dijo días antes que tenía marihuana y necesitaba un comprador. Amplió que Diego Rojas le contó que el domingo 2 de septiembre se comunicó con Miguel Rojas para avisarle que consiguió en Jardín América a la persona para adquirir la droga por lo que llevaron la carga, desde Puerto Rico, en el Fiat Palio blanco del policía hasta el acceso a Papel Misionero, donde de un automóvil negro descendió otro hombre que subió al Fiat y los tres continuaron hacia Puerto Leoni. Según Salazar, Diego Rojas dijo que en un yerbal se bajó el presunto contacto e hizo señas con una linterna para que aparecieran los prefecturianos, por lo que huyó corriendo hacia Paso del Tigre.Pero Salazar también recalcó ayer, que tanto el domingo 2 y el lunes 3 de septiembre no estuvo en Puerto Leoni sino en su hogar en Puerto Rico, desmintiendo a Miguel Rojas, quien lo apuntó en el inicio del juicio como el contacto que le indicaría el narco que iban a “hacer caer” vendiéndole la droga que le facilitaron de la comisaría Primera, por orden de Aníbal Bernal.Última jornadaEl viernes se reanudará el debate en el Tribunal de calle Félix de Azara casi Catamarca, con los alegatos y posibles réplicas y dúplicas de las partes.La decisión de los jueces Norma Lampugnani, Mario Hachiro Doi y Manuel Alberto Jesús Moreira se conocerá el lunes.(LEA TODOS LOS DETALLES EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL JUEVES 24 DE SEPTIEMBRE)





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