Faltan pocos días para que quince familias del barrio “El Buen Samaritano” de Aristóbulo del Valle vean cumplido un sueño postergado por muchos años como es cambiar las letrinas por baños instalados. Este logro fue posible a la acertada intervención de la Fundación Remo y de numerosos vecinos solidarios que aportaron su esfuerzo físico en obra como económico en lo que respecta a las cuantiosas donaciones recibidas.“Al comienzo los vecinos no lo podían creer pero cuando vieron la repercusión que tuvo, se engancharon y están muy entusiasmados”, manifestó Noelia Gimena Potschka, presidenta de Fundación Remo, al explicar los alcances de la iniciativa que nació poco más de un mes en esa localidad del centro de la provincia y que tomó vida tras la maratón denominada “Samaratón”.Contó que cada terreno tiene su particularidad y si bien el baño es igual en todos los casos, la idea es que contemple la necesidad de cada una de las familias y cada una de las casas. “En la primera etapa, de diagnóstico, se hizo una visita al lote y se trató de optimizar para poder intervenir lo menos posible en ese lugar y se pueda construir el baño de la forma más rápida”, confió. Después se hizo el armado de la araña sanitaria. Es que en la “Samaratón” habían recibido la donación de un camión con cemento pero el empresario pretendía vaciar el hormigón en un solo día. Para eso necesitaban tener armadas las plateas para todos los baños y así aprovechar el producto donado. Por estos días están en la tercera etapa. “Se completaron las plateas, los quince baños ya tienen su base y ahora resta terminar las paredes, el techo que llevará dos chapas de zinc, y cerrar el baño”. La cuarta etapa sería la de las terminaciones y colocación de artefactos. “En algunos casos faltarían inodoros, canillas, mochilas. Armamos una lista de materiales donde figura lo que vamos a necesitar y quien quiera colaborar pueda ver la posibilidad que tiene de comprar algunos de estos materiales y donarlos. Una pileta de plástico cuesta unos 120 pesos y un inodoro ronda los mil. También tenemos comercios adheridos que pusieron productos al costo”, manifestó, al tiempo que consideró que si bien “esa será una etapa más intensa, lo bueno es que con esto que se hizo, se logró gran parte”.Potschka admitió que recibimos muchas donaciones, entre ellas, madera de los aserraderos de la zona, pero que prefirieron evitar las ayudas en efectivo para mantener intacta la cuestión de la transparencia.“Mucha gente del barrio por una cuestión cultural y como una manera de optimizar lo que tenemos, prefieren la madera. Se harán tirantes para sostener los techos, y en algunos casos se cerrará con machimbre. Queremos armar y montarlo in situ pero para eso hacen falta colaboradores que ayuden a hacer ese trabajo. Muchos vecinos ya se ofrecieron y otros colaboraron en todo este proceso de construcción. Hay capacitaciones más específicas para el tipo de tareas que se va a realizar”, comentó, mientras dejó entrever que para octubre la obra completa podría estar concluida.Reiteró que “a partir de gente que se sumó, vinieron otros con ganas de colaborar y fue como una cadena de ayuda. Se cumplió el objetivo de la cadena que era fortalecer el tejido social. La idea es seguir haciendo este tipo de campañas que se pueda ver la necesidad y hacer algo frente a eso”. De interésLa Cadena Samaritana fue declarada de interés por la Cámara de Diputados. A partir de allí los responsables de la Fundación Remo quieren pedir a los diputados que “nos acompañen en la gestión ante el Iprodha y otros organismos a fin que pueden agilizar el tema del baño para todos los vecinos mediante el Programa Mejor Vivir, o la construcción del empedrado en los barrios que hace falta. Buscamos transmitir las inquietudes que tienen los vecinos y obtener el compromiso de los legisladores para que puedan abrir puertas desde su lugar y se pueda modificar la realidad de los pobladores”, dijo. Mover a la participación“Nos dio satisfacción que mucha gente se entusiasme, se sume, colabore. Algunos no tenían mucha idea del trabajo en la construcción pero pusieron su voluntad de estar, de acarrear los materiales con carretillas”, mencionó emocionada. “Queremos colaborar en este mejoramiento de la calidad de vida. Lo que pudimos hacer es ínfimo. Hay vecinos que tenían materiales pero con esta movida se animaron a cimentar las bases de su propia casa. Se logró contagiar las ganas de generar esas mejoras. Muchos vecinos del barrio trabajan en la construcción pero les faltaba ese ánimo de decir ‘podemos’. Quizás es muy difícil pero entre todos se torna mas fácil”, confió Potschka. Y como en el equipo hay ingenieros y otros especialistas “se acercaban a preguntan cómo se hace, cómo se calcula, la proporción de la mezcla, los caños, y ellos proporcionan la información porque la idea es moverlos a la participación y al cambio en su propio barrio”.





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