Rabietas que acaban estallando en golpes y gritos: es imprescindible que afrontemos estas situaciones desde bien pequeños. Las rabietas hay que ignorarlas. Les atenderemos solo cuando sus lágrimas sean sinceras, evitando reforzar comportamientos inadecuados. Una vez que haya comprendido que no vamos a atender a su chantaje o a sus gritos, hablaremos con ellos.Deben aprender dónde están los límites para evitar frustraciones el día de mañana, deben saber también que la rabia, no ofrece resultados. Que solo les atenderemos cuando se dirigen a nosotros con normalidad, sin gritar y sin llorar. Fuente: <a href="http://lamenteesmaravillosa.com/">http://lamenteesmaravillosa.com/</a>





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