Anastasio Galarza dijo que personalmente se encargó de gestionar y hacer el pedido a las autoridades correspondientes pero que la mismas hacen caso omiso. “Hice el pedido para que nos conecten. Soy discapacitado y hace unos tres años que vengo peleando por este tema. Colocaron solamente una canilla que debe cubrir las necesidades de todo el barrio. Si bien es un terreno fiscal, el intendente dio la orden”. El hombre recordó que como los demás habitantes, hace más de cuatro años que viven en ese lugar, que se ubica a la entrada del pueblo, en proximidades de la ex terminal de ómnibus. Contó que junto a su familia reside en la última casa y cuando llega el agua lo hace a las 22 o 23, “tenemos que cargar en baldes. Esto cuando viene porque los de adelante se ocupan de cargar todos los recipientes que tienen. A veces voy hasta la casa de mi hermana a buscar con baldes o pido a otro vecino que me comparta un poquito”.Es un espacio que “el intendente nos cedió para que nos ubiquemos pero lo hacemos en estas condiciones. La electricidad se presenta casi de la misma situación. Hay solo cuatro pilares”. Dijo que los que menos tienen son tres hijos “como nosotros, pero otros tienen seis. Tienen que ir a la escuela y es un problema tremendo, es una necesidad para todos, una cosa vital. Tendremos que llevar a lavar la ropa a los arroyos pero camino por misericordia porque tras un accidente de tránsito tengo problemas en la vista, la columna y los pulmones. Y esto me parece un manoseo”.





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