Con nariz de payaso, pelucas, gorros y los infaltables chalecos con el logo institucional que los identifica, los voluntarios de Techo coparon las calles y avenidas de la provincia en busca de la colaboración de la gente para seguir avanzando en la construcción de viviendas de emergencia en los diferentes asentamientos. Se trata de la novena colecta anual que realiza Techo en todo el país, que proseguirá este sábado y culminará este domingo 6.Una jornada a pleno sol y una temperatura muy agradable, fueron el marco ideal para que los jóvenes voluntarios se dispusieran en los lugares claves, como semáforos, plazas y plazoletas llevando las alcancías.“Todo Posadas está colaborando, se está sumando. Arrancó bien y hasta el domingo esperamos que siga de esta manera, donde los más beneficiados serán quienes viven en los asentamientos”, señaló Ricardo Petterson, voluntario y estudiante de Ingeniería Electrónica en Oberá. Según dijo Petterson, ésta es su tercera participación en la colecta de Techo, “siempre lo vivo como una experiencia nueva, es algo increíble a la que deberían sumarse más voluntarios. El posadeño colabora y hay gente que dona sin mezquinar. A nosotros nos tocó ubicarnos en la plaza 9 de Julio y nos gratifica la buena onda de muchos conductores que aportan su contribución”.“Es una alegría inmensa que tengamos 1.340 voluntarios inscriptos en Misiones para participar de esta colecta nacional. Hay voluntarios en Posadas, San Vicente, Oberá y Eldorado. Es lindo ver tanta participación ciudadana ante un problema que muchas veces no se visibiliza”, aportó Soledad Balán, directora de Techo Posadas.Balán recalcó que “las alcancías cuentan con fajas para que no sean vulneradas por gente externa. El conteo del dinero se hace con gente del Banco Hipotecario. Es todo un sistema que permite la transparencia para el donante”.En Misiones se llevan construidas 435 viviendas, en el país más de diez mil y el desafío próximo serán las construcciones previstas para el 9, 10 y 11 de octubre y en noviembre en Oberá.Otra de los voluntarias, Agustina Deandrea, estudiante de arquitectura en la Universidad Católica de Santa Fe, relató que “los que más nos sorprendieron fueron los taxistas, a los que sabemos no les sobra el dinero y sin embargo fueron numerosos los que colaboraron, uno de ellos con una suma importante”.





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