Había matado a otro con un certero golpe de machete y enfrentaba una pena de hasta 20 años de prisión, pero al solicitar un juicio abreviado fue sentenciado con la mínima: 8 años. 
Se trata de Mario Pelé Olivera (64), changarín, quien se domiciliaba en la Colonia Santa Rosa, de Gobernador Roca.
El hecho que motivó su condena ocurrió el 7 de diciembre de 2013, cuando se dirigió a un almacén de la zona. Compró carne, pan, cigarrillos y una cerveza. La dueña del lugar le abrió la bebida y se puso a beber recostado sobre una columna que estaba en el ingreso del negocio. Minutos después llegó un vendedor de quinielas, quien le anotó una jugada, pero también llegaron tres hombres, entre ellos un vecino que vivía enfrente, de nombre Hipólito Villalba, más conocido como Poli.
Después de entablar una charla, tanto Olivera como Villalba se retiraron del almacén. Mientras iban caminando se desató una discusión. Pelé metió la mano en una bolsa que llevaba, y seguidamente le asestó un machetazo en el lado izquierdo del abdomen a Poli, produciéndole un corte de ocho centímetros de longitud de donde empezó a emanar sangre. Pelé se fue del lugar y su víctima volvió hasta cercanías del almacén, donde cayó desvanecido boca abajo. Se desangró hasta sufrir un shock hipovolémico que le provocó la muerte.
Un vecino de la colonia, quien pasaba por el lugar en camioneta, se encontró con el cuerpo tirado en la calle. Pensó que se trataba de un alcoholizado que estaba dormido. Cuando se bajó del vehículo e intentó moverlo se dio cuenta que había sido eviscerado. Llamó a la dueña del negocio y le pidió que dé aviso a la policía. Horas después y por los datos que aportaron testigos, Pelé Olivera fue detenido por el hecho.
En las declaraciones testimoniales posteriores ante el Juzgado de Instrucción, una testigo relató que esa noche estuvo de compras en el negocio y al salir, Olivera le dijo: Ellos me pegaron, me voy a desquitar.
En ese sentido, en su declaración indagatoria, Olivera comentó ante el juez que días antes Poli y otros sujetos lo llevaron a su casa, le dieron una pateadura y lo dejaron tirado porque no quiso invitarles cerveza ni cigarrillos. Dijo además que la noche que ocurrió el homicidio, Villalba se sentó cerca de él y le pidió de su cerveza, pero al negarse, lo insultó, se abalanzó sobre él y cayó sobre la punta del machete que sobresalía de su mochila.
Esa coartada de Pelé no iba llegar muy lejos, porque el resultado de la autopsia determinó que Poli tenía heridas de arma blanca en las manos, que se asemejarían a una acción de defensa.
Ante el pedido de juicio abreviado, solicitado por el defensor oficial, Olivera reconoció haber sido el autor del hecho y aceptó la pena formulada por el Ministerio Público Fiscal.
El Tribunal Penal 2, conformado por los magistrados Augusto Gregorio Busse, Martín Errecaborde y Eduardo D’orsaneo, homologó la presentación de la fiscalía y la defensa, y sentenció a Mario Olivera a la pena de ocho años de prisión por el delito de homicidio simple.
El condenado seguirá alojado en la Unidad Penal VII de Puerto Rico, donde ya se encontraba, en el marco de la prisión preventiva que se le había impuesto.





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