Pequeño, suave y, a primera vista, inofensivo. Los cotonetes o bastoncillos para los oídos son uno de los objetos cotidianos más habituales en la mayoría de las casas. Su vida útil: unos 10 minutos. El tiempo que tardan en degradarse cuando se tiran a la basura: 300 años. 
La fotografía que ilustra el artículo se llama Surfista de aguas residuales y fue tomada en las playas de Sumbawa, Indonesia, el segundo país con mayor contaminación por plástico detrás de China.
Según una investigación publicada en la revista Science en 2015, produce 3,22 millones de toneladas de residuos que tienen como principal destino las costas oceánicas. Se cree que por año las aguas reciben entre 5 y 13 millones de toneladas de plástico. Los pronósticos para 2050 son catastróficos: las últimas estimaciones prevén que hacia mediados de siglo la cantidad de plástico que flota supere a la cantidad de peces que nadan.
Surfista de aguas residuales fue tomada por Justin Hofman que el pasado año dio la vuelta al mundo y acabó siendo finalista del Wildlife Photographer of the Year: un caballito de mar con la cola enroscada en un bastoncillo para los oídos.





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