El expresidente y líder opositor de Brasil será juzgado mañana por una cámara de apelaciones de Porto Alegre, que debe resolver si lo absuelve o ratifica la condena a nueve años y seis meses de prisión por corrupción que puede dejarlo fuera del tablero electoral de octubre.
El Tribunal Regional Federal 4 deberá emitir una sentencia, sea cual fuere, de alto impacto político y con consecuencias que nadie puede prever, en una ciudad donde miles de personas llegaron para apoyar al ex presidente, favorito en las encuestas de intención de voto tanto para la primera vuelta como para un eventual balotaje.
La consigna, esta vez, es Elección sin Lula es fraude, ya que el Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados entienden que si su líder queda afuera por estar condenado en segunda instancia, en virtud de la Ley de Ficha Limpia, se tratará de una proscripción.
Si la condena fuera ratificada, Lula corre el riesgo de tener un pedido de detención -como quiere la fiscalía de primera instancia de la operación Lava Jato-, y también iniciar un proceso ante la justicia electoral para luchar por la inscripción de su candidatura pese a que puede ser condenado por un tribunal de alzada.
La sesión comenzará a las 7.30 hora argentina en la sede del tribunal con la posición de la fiscalía, la defensa de Lula y luego con el voto del relator, Leandro Paulsen; el revisor, Joao Gebran Neto, y el tercer juez, Víctor Laus.
Varios escenarios se plantearán según el resultado: un 3 a 0 contra Lula será devastador para el objetivo de ganar tiempo en recursos y apelaciones para llegar con la inscripción para las elecciones de octubre.
Un 2 a 1 es una victoria viendo cómo se planteó la persecución judicial, dijo el amigo de Lula y su ex jefe de asesores Gilberto Carvalho, al considerar que un voto absolutorio facilitaría un recurso llamado embargo infringente, que obligaría a todas las salas del tribunal a revisar los votos.
También existe la posibilidad, admitida a Télam por fuentes judiciales, de que el camarista Laus, considerado el más garantista y el menos alineado con Moro, pueda pedir vista del proceso, es decir, un cuarto intermedio para analizar más en profundidad el caso.
El expresidente prevé seguir la sesión en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo, luego de visitar Porto Alegre por algunas horas para agradecer la solidaridad de sus correligionarios, entre ellos la ex presidenta Dilma Rousseff, residente en el barrio Tristeza de la capital de Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Misiones y Corrientes.
En el último de los recursos a la sentencia dictada por el juez Moro, la defensa de Lula presentó su último pedido de inocencia ante la cámara de apelaciones.
Fuente: Agencia Télam





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