Prosiguiendo con nuestra lectura vacacional de la obra Luz Sobre el Yoga del Maestro Iyengar, en cuya introducción expone los ocho grados que componen sendero del Yoga, y luego de haber sintetizado los comentarios del autor sobre los dos primeros pasos que son Yama y Niyama, el basamento ético de toda nuestra práctica, hoy veremos el tercer paso del Yoga: Asana o Postura.
Partiendo de los Yoga Sutras del Sabio Patanjali, Iyengar nos comenta que la postura debe procurar firmeza, salud y ligereza de miembros, ya que una postura firme y agradable produce equilibrio mental y evita la inconstancia de la mente porque las asanas no son simples ejercicios gimnásticos; son posturas. Para realizarlas solo se necesita un espacio limpio y aireado, una manta o colchoneta y
decisión. No requieren equipos costosos; pueden hacerse sin nada, puesto que los mismos miembros del cuerpo proporcionan los pesos y contrapesos necesarios. Además, mediante su práctica desarrollamos agilidad, equilibrio, resistencia y una gran vitalidad.
Las asanas se han ido desarrollando durante siglos para ejercitar cada músculo, cada nervio y cada glándula del cuerpo. De ese modo aseguran un físico fuerte y elástico, previenen enfermedades, reducen el cansancio y calman los nervios; más su importancia real radica en la manera en que entrenan y disciplinan la mente. Muchos actores, acróbatas, atletas, bailarines y deportistas poseen un espléndido físico y gran control del cuerpo, pero les falta el control de la mente, del intelecto y del Sí-mismo; de ahí que con frecuencia se hallen en desarmonía consigo mismos y carezcan de una personalidad equilibrada, porque a menudo anteponen el cuerpo a todo lo demás. En cambio el yogui se ocupa no solamente de la perfección de su cuerpo sin subestimarlo por cierto- sino también de los sentidos, de la mente, del intelecto y del alma. Así es como conquista el cuerpo mediante la práctica de asanas y hace de él un vehículo adecuado para el espíritu.
Mediante las posturas el practicante gana en primer lugar salud, un bien que no tiene precio sino que se obtiene con trabajo y disciplina constante y que le permite acceder a un estado de completo equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. En el latido del pulso y en el ritmo de la respiración reconoce el flujo de las estaciones y el palpitar de la vida universal. Su cuerpo es el templo que alberga la Llama Divina y siente que descuidar sus necesidades es descuidar y negar la vida universal de la cual es parte integrante.
¿Dónde, pues, acaba el cuerpo y comienza la mente? ¿Dónde acaba la mente y comienza el espíritu? No pueden ser divididos, se hallan interrelacionados; son aspectos distintos de la misma Consciencia que todo lo llena.
Por otra parte, los nombres de las asanas tienen un significado profundo e ilustran el principio evolutivo. Dichos nombres se derivan de vegetales, insectos, animales acuáticos o anfibios, serpientes, aves, cuadrúpedos, el estado embrionario humano, héroes legendarios, sabios y avatares o encarnaciones de la Divinidad. Así es como durante la práctica de asanas el cuerpo del yogui adopta diversas formas que asemejan una gran variedad de criaturas; su mente se halla educada para no despreciar criatura alguna, pues sabe que en toda la gama de la Creación late el mismo Espíritu Universal que adopta innumerables formas y halla la unidad en la universalidad.
Dualidades como la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota, la fama y la deshonra, el cuerpo y la mente, la mente y el alma, se desvanecen mediante el dominio de las asanas, porque la verdadera asana es aquella en la cual el pensamiento divino fluye sin esfuerzo e incesantemente a través de la mente del practicante, así como la respiración consciente lo hace en su organismo.
Entonces podemos pasar a la lectura de los comentarios del Maestro Iyengar sobre el cuarto estadio en el camino del Yoga, el Pranayama, que será el tema de la próxima nota. Ahora
completamos nuestra serie de asanas y nos relajamos en la colchoneta respirando placenteramente. Namasté.
Colabora
Ana Laborde
Profesora de Yoga
Tel. 4430623
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