Patrimonio de la Humanidad, este archipiélago único recibe al viajero con la calidez típica de su gente. Usted solo debe disfrutar.
Utopía, o la tierra de ninguna parte, es sin lugar a dudas una de las más célebres obras de Tomás Moro. Hay quienes creen que la idea de un mundo perfecto, en el que todos los hombres son iguales y mantienen una relación idílica con su entorno natural nace de las narraciones realizadas por el navegante y cartógrafo Américo Vespucio en referencia al archipiélago de origen volcánico Fernando de Noronha, ubicado en el Estado de Pernambuco, Brasil.
Y se utopías hablamos, Moro no estaba equivocado. Este archipiélago volcánico es más que el vestigio de un viejo volcán que emergió hace millones de años desde 4.000 metros de profundidad para sacar su cresta erosionada por encima del oleaje del Atlántico sur. Hay un gran pináculo de basalto, el Morro de Pico, que se eleva por encima de la isla grande, que lleva el mismo nombre que el archipiélago, como un tótem de piedra visible desde cualquier punto. Ejerce una atracción magnética porque siempre está presente en el horizonte, pero cambia de forma y color según el lugar desde donde lo mire.
Una magnífica puesta de sol, con el Morro Dois Irmãos recortándose a lo lejos, despide los días en este paraíso atlántico. Días maravillosos plenos de tranquilos paseos entre edificios coloniales, correspondiendo a la generosa y exuberante simpatía de sus habitantes, disfrutando de las aguas cristalinas que bañan las numerosas playas de la isla.
El mar que rodea el archipiélago tiene sus aguas turquesas y verde esmeralda. El fondo marino acoge numerosos arrecifes de coral, hábitat de una gran número de especies marinas que sólo aquí pueden verse. La isla principal, una lengua de tierra que se extiende ocho kilómetros y medio (y abarca unos tres kilómetros de ancho) está rodeada por veinte islotes, una mayor parte de los cuales apenas sobresale unos metros del mar.
De todas las playas que el viajero puede encontrar hay diez que son imperdibles ya que ofrecen diversión para todos los gustos, como rutas de senderismo o paseos en barco.
1. Baía dos Porcos. Plagada de peces de todos los colores que se cuelan entre piscinas creadas entre las piedras, desde aquí se puede contemplar el Morro Dois Irmãos.
2. Playa de Cacimba do Padre: una de las playas de arena más amplias.
3. Praia do Leão: es una playa de arena blanca y piedras entre las cuales se forman pozas, al igual que en la Praia do Bode. Pero, a la primera, van a desovar la mayoría de las tortugas.
4. La Baía Sueste: es un puerto secundario para las épocas en las que el mar está más bravo, y resguarda el fuerte de São Joaquim do Sueste.
5. La Praia da Atalaia: tan solo tiene capacidad para 30 personas; sin embargo, es uno de los mejores lugares para apreciar el fondo marino.
6. Praia do Cachorro: es una de las playas más cercanas al municipio de Fernando de Noronha y también de gran atractivo para el turismo, ya que allí celebran los mercadillos típicos.
7. Praia da Conceição (o Italcable): con una amplia extensión de arena rodeada de cocoteros, y también es una de las más concurridas, gracias a su fácil acceso y a las excelentes condiciones para practicar surf, al igual que la 8. Praia do Boldró.
9. Baía dos Golfinhos (o Enseada do Carreiro de Pedra): es un lugar de apareamiento y descanso de delfines, por eso se la conoce como el mayor acuario natural del mundo.
10. Baía do Sancho: ha sido designada no sólo la mejor playa de Brasil, sino la mejor playa del mundo en el Travellers Choice.
Esto fue solo el principio, ahora le toca decidirse, viajar y después contarnos ¿Por qué no? ¡Buen viaje!
Un manglar en la isla
El bosque de la bahía del Sudeste es el único manglar existente en una isla oceánica del Atlántico Sur, y hay indicios de que su formación se inició hace alrededor de dos mil años. El misterio es cómo el árbol del mangle blanco (Laguncularia racemosa), que crece en África y en Brasil, llegó hasta allí.
Cómo moverse en la isla
Una es el autobús público que atraviesa la isla de un extremo al otro, con frecuencias regulares. Este sistema de transporte es conveniente y barato, su recorrido abarca la mayoría de las playas. Otra opción, pero poco recomendable es el alquiler de buggies pero no se puede entrar en las playas con ellos.
Volar, la mejor alternativa
Para llegar a Fernando de Noronha, la mejor opción es el avión, ya que no existe un servicio regular marítimo que llegue a la isla, solamente los veleros particulares o los cruceros que llegan durante el verano.
Morro Dois Irmãos
Formación rocosa que emerge del fondo del Atlántico, en la bahía de Sancho. Recibe ese nombre debido a la peculiaridad de que ambos poseen prácticamente las mismas formas estructurales. Los alrededores de los cerros son uno de los mejores lugares de Brasil para el buceo libre.
Las mejores playas
Se dice que las mejores playas de Brasil están en Fernando de Noronha, y no con poco fundamento. Su mar tiene aguas color turquesa, las arenas son doradas, la tierra está cubierta por una espesa y exuberante vegetación, y en el mar, fecundo, la vida marina se multiplica.
Navegar sí o sí
Para disfrutar al máximo de este ecosistema se pueden realizar excursiones en barco para ver delfines y llegar a sitios de la isla que no son accesibles por tierra. Las islas están llenas de espacios que apenas han sido visitados.
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