Pocos días antes de dejar la presidencia tras ser echado por el gobernador Hugo Passalacqua, el expresidente de EMSA, Sergio “Pity” Ferreyra, habría acordado para pagar una deuda millonaria de casi 100 millones de pesos a la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLYF).Sería un convenio que compromete seriamente a la gestión de Guillermo Aicheler, el docente y cooperativista de Montecarlo que aceptó la oferta del Gobernador y se tendrá que hacer cargo del descalabro en que se encuentra EMSA. Según indicaron a PRIMERA EDICIÓN varias fuentes de la empresa, el convenio firmado entre Ferreyra y Guillermo Mosser, jefe de la FATLYF, es por la deuda de EMSA a la federación en aportes patronales y otros conceptos que se retienen todos los meses a los trabajadores, pero no se habrían depositado. Desde hace muchos años, EMSA tendría la mala costumbre de quedarse con los aportes que retiene del sueldo de los trabajadores y no los transfiere a la federación. Dinero que debería ir al gremio para que preste servicios a los empleados. Ferreyra no habría transferido lo que retuvo y ahora que deja la presidencia, acordó pagar con cheques casi cien millones de pesos, comprometiendo gravemente a la nueva gestión que se iniciará en breve. Incluso hubo una opción en la mesa de negociación, para que la empresa misionera o la provincia entregue como parte de pago algún bien inmueble a la federación, por ejemplo en Puerto Iguazú, donde el gremio podría construir un hotel para sus afiliados, pero esta opción habría sido rechazada por el propio presidente de EMSA. Según fuentes de la empresa, Ferreyra insistió para que el acuerdo se realice con pago en dinero en efectivo.De acuerdo a los informantes -que pidieron el resguardo de su identidad por temor a represalias- el gremio ahora tiene casi cien millones de pesos en cheques para cobrar en los próximos meses pero difícilmente pueda, ya que las cuentas de la empresa están permanentemente en rojo. En ocasiones anteriores, cuando la FATLYF no pudo cobrar alguna cuenta pendiente, presentó una demanda judicial y se ordenó embargar las cuentas de EMSA, poniendo en riesgo hasta el sueldo de los empleados. Desapareció informaciónGran sorpresa se llevaron los que quedaron al frente de la empresa ya que, después del fin de semana y el feriado, se encontraron con un faltante de información sensible.Los informantes, funcionarios de EMSA, señalaron que “se habrían llevado casi toda la información del sistema. Falta casi todo lo que tiene que ver con pagos, acreedores, compras y balance contable de ingresos y egresos económicos. Hay que reconstruir todo”.La semana pasada, cuando trascendió su apartamiento de la empresa, algunos empleados cercanos al expresidente fueron fotografiados sacando documentación de la Presidencia. No se descarta que algún usuario o funcionario de la empresa presente alguna denuncia penal por presunto robo de documentación ya que “es información de la empresa, no del expresidente”. Tampoco se encontraron los sistemas informáticos que permitían llevar asentada la documentación en forma digital. Se espera que algún técnico del área informática haya realizado alguna copia. “Que se priorice al trabajador y al usuario”La salida de Ferreyra generó un revuelo político en la provincia. Su administración había sido muy cuestionada en los últimos años. El delegado de la empresa eléctrica y diputado electo, Roque Gervasoni, solicitó que se anteponga el bien común en “tiempos y vientos nuevos para EMSA”. Después de conocer la noticia, el legislador renovador pidió que haya una transición en paz “reafirmando el concepto de la división en las responsabilidades”, y en ese marco agregó: “A quien le toque conducir la empresa que cuente con el apoyo político, de los usuarios, de los trabajadores y del sindicato de Luz y Fuerza, pero el presidente de EMSA en la gestión y el sindicato ocupándose de la vida sindical y el bienestar de los trabajadores”. Por otro lado pidió no más cogestión, ni presión por cosas que no atañen al servicio o a los obreros, “es la única manera de llevar al éxito y que los trabajadores y usuarios vuelvan a ser el ‘leitmotiv’ de la gestión”. “Nosotros estamos 20 años atrás en materia eléctrica con respecto al crecimiento de la provincia”, concluyó Gervasoni.





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