Pérez, excuñado de otro acusado, más precisamente de Juan Ramón Godoy (47), también afirmó que su expariente le propuso, en fecha anterior al múltiple homicidio, “asaltar a quien entonces era su patrón en la modalidad entradera”.Este crudo testimonio fue en el marco de la séptima jornada del juicio oral y público que se le sigue a los dos citados sospechosos y al exprefecturiano Pablo Julio Paz (54).Durante el debate, donde comparecieron solo tres testigos, otro exfamiliar de Godoy puso en duda su reciente declaración, respecto a “que no se movió de su casa y tampoco su auto, un VW Bora gris, durante el horario en que se produjo el hecho”. Fue justamente su exsuegra, quien ratificó lo dicho en sede judicial acerca de que “se cruzó con quien era su yerno en ese entonces en un camino cuando regresaba de una fiesta en dirección a su domicilio, la tarde del domingo 25 de mayo de 2014”.La mujer, Neusa Teresita Do Santos (68), recordó que ella viajaba en un vehículo que era conducido por una de sus hijas, cuando se cruzaron de frente con el VW Bora gris de Godoy”. “Regresábamos de la capilla de María Auxiliadora en Mojón Grande y él venía en sentido contrario”, indicó la sexagenaria.Un rodado similar en marca y color fue el que describió una de las cuatro víctimas, Cristian Knack (25), en el hospital Madariaga cuando denunció el caso ante autoridades policiales. El joven afirmó que los atacantes huyeron en un Bora gris por la ruta provincial 5 (Kilómetro 7), frente a su domicilio en Panambí, aquel domingo del hecho a las 19.30. Mojón Grande está a unos 40 Kilómetros de Panambí. “Cumpleaños inolvidable”José Humberto Pérez juró que si tiene que declarar lo mismo mil veces lo haría. Dijo que su excuñado (Godoy) “hacía cuentos del tío en San Javier, le vendía cosas que no tenía a la gente o le ofrecía negocios”. “Yo sabía que un amigo de Alegre los veía conversando en el taller de este último. Me pareció raro que Godoy me dijera, quince días antes de conocerse el brutal ataque a los Knack, que él le iba a festejar el cumpleaños a mi hermana, que era su pareja, ‘a lo grande, que San Javier jamás se iba a olvidar’, me dijo. El cumpleaños era en junio así que nunca lo hizo”.“Pero lo que recuerdo es aquella propuesta de hacer una salidera a quien era mi patrón en esa época, Daniel Tachile, quien tenía una empresa contratista forestal en Virasoro (Corrientes). Me dijo (Godoy) que tenía que ser en día de pago. Rápidamente cambié la conversación, no quería tener esas actividades delictivas. Además le advertí a mi patrón, quien tomó las precauciones del caso”, aseguró Pérez.“Ellos se iban a encargar”En otro tramo de su declaración, Pérez apuntó a al acusado Marcial Alegre: “Yo solía ir al taller porque era pariente de Godoy. En una de esas ocasiones Alegre me propuso que yo mirara supermercados en la zona y en la región, es decir también en Santo Tomé y Gobernador Virasoro (Corrientes), donde hubiera mucho movimiento de plata, y que si sabía algo se lo comunicara, que ellos se iban a encargar del resto. También rechacé ese ofrecimiento”, dijo categóricamente Pérez ante el Tribunal Penal 1 de Oberá. “Con la mafia no se jode”Pero el testigo aún tenía graves acusaciones por hacer contra Godoy y Alegre: “Apenas me enteré de la tragedia de Panambí, inmediatamente asimilé lo que me dijo Alegre, sobre que para ‘hacer algo así, como un asalto o robo, no tienen que quedar testigos. De nada. Si es posible hay que quemar todo. Con la mafia no se jode, un error que cometieras y te hacemos boleta’. También me ofreció llevar droga a Santo Tomé o Virasoro. Lamentablemente perdí mi teléfono celular, pero allí tenía las amenazas que recibí luego de hacer la denuncia ante la jueza de la causa. Eran números con características de Córdoba, Rosario, Chaco y Santa Fe. Me dijeron que cuando es así son mensajes enviados por presos y desde unidades carcelarias para que no se puedan rastrear los teléfonos”. El revólver y los negocios“Le llevé al taller de Alegre un revólver calibre 38 para que lo arreglara. Era de un compañero de trabajo, a quien finalmente le tuve que pagar el arma 3 mil pesos, porque Alegre nunca lo reparó y me decía que no estaba listo todavía o que se lo llevó a otra persona y que esa persona se había mudado, hasta que no fui a buscar más el arma. También invertí en negocios que nunca salieron y recuerdo que Godoy me jodió en uno de esos negocios. Yo no denuncié todo esto en su momento, las propuestas de cometer delitos o las amenazas, porque no quería involucrarme. Me sirvió de ejemplo por si me vuelve a suceder”, amplió Pérez. “Lo cruzamos de frente”La primera declaración del martes fue la de Neusa Teresita Do Santos, quien afirmó que ella viajaba en un vehículo que era conducido por una de sus hijas, acompañado por varios menores integrantes de su familia, cuando se cruzaron de frente con el Volkswagen Bora gris de Godoy. “Regresábamos de Mojón Grande y él viajaba en sentido contrario”, indicó la sexagenaria sin precisar que ruta o calle. “Es el mismo camino por el que se va a Mojón (Grande), hacia la capilla de María Auxiliadora, cuyo festejo era ése 25 de mayo. Eran las 18 o 18.30, había un clima lluvioso, feo, y las luces de las calles ya estaban encendidas”.En otra parte de su declaración, reveló al Tribunal que su exyerno tenía un lavadero e iba a expandirse abriendo otro, “en sociedad con un vecino”, indicó. Justamente este presunto socio que mencionó la testigo es un exfuncionario del Ingenio Azucarero y sobre el cual uno de los imputados, Pablo Julio Paz, cargó sospechas en su reciente declaración y con respecto a quien hizo la llamada anónima a la Policía y que disparó la investigación en su contra y la de los otros acusados. Finalmente, y sobre el VW Bora, Neusa precisó que “lo vio limpio” al otro día del hecho.Sobre este automóvil Humberto Pérez (69), padre del testigo José Humberto (43) no recordó con precisión lo que declaró hace poco más de tres años. Pero tras la lectura de su testimonio ratificó que la relación con su exyerno Godoy “no era buena” y que él cree que “no era normal que con un lavadero tan chico pudiera comprar un Bora y tener seis empleados. Me enteré que estuvo tres años preso pero no pude hablar del tema con mi hija”.Por último, Pérez ratificó que “se enteró por dichos de su esposa que aquel día del macabro suceso se cruzó con Godoy en un camino de vuelta de Mojón Grande”. Orden de detenci&oa
cute;n para testigoEl presidente del Tribunal, Francisco Aguirre, ordenó la inmediata detención del testigo Raúl Quevedo, expareja de una sobrina de Godoy. Estaba notificado del comparendo de ayer pero no justificó su ausencia. Esta persona fue nombrada en su indagatoria por Godoy, quien afirmó que almorzó con él y su sobrina y que incluso se quedó hasta caer la tarde en su casa, siempre en el día del hecho. Para la Fiscalía resulta clave su testimonio ya que en la etapa de instrucción contradijo la coartada de por Godoy. Fue ubicado durante la tarde de ayer, presentó un certificado médico, pero declararía mañana.





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